La Navidad no es solo luces, regalos o cenas. Navidad significa “nacimiento”. Y esta época es una invitación directa —urgente— a nacer desde adentro. A despertar esa grandeza real que ya vive en ti, pero que has postergado por miedo, rutina o distracción.
El problema no es que no tengas potencial. El problema es que sigues en automático.
Si quieres renacer en estas fiestas, hay tres cosas que marcan la diferencia entre seguir igual o empezar de verdad:
1. Conectar contigo misma en el silencio
El ruido externo te mantiene desconectado. Apaga un poco el mundo y escúchate. El silencio revela verdades incómodas, pero necesarias. Ahí nace la claridad. Sin silencio, no hay cambio.
2. Responsabilidad radical
Deja de culpar al pasado, a tus padres, a la economía o al año. Asumir responsabilidad no pesa, libera. El momento en que dices “esto depende de mí”, algo nuevo nace dentro de ti.
3. Decisión inmediata
Renacer no es entender, es decidir. No después de enero. No cuando todo esté perfecto. Es hoy. La vida premia a quien actúa antes de sentirse listo.
La Navidad te recuerda algo esencial: siempre puedes volver a nacer, pero el tiempo no espera. Cada año que pasa sin despertar es un año menos de tu verdadero poder.
No sigas viviendo en piloto automático ¡Renace hoy!
VIDEO de este tema: https://www.youtube.com/watch?v=kJpzn83CV4Y
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Abrazos y bendiciones,
Patricia Anaya
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