La autonomía femenina no es lo mismo, para nada, lo que se imaginan much@s: una mujer liberada. ¿Cuáles son algunas diferencias entre mujeres autónomas y mujeres liberadas? Por pura curiosidad esta mañana abrí google, buscador en internet, y puse las palabras mujeres liberadas y lo que me encontré fue todo menos artículos o imágenes que hablaran de autonomía, plenitud, realización, poder personal, independencia mental, etc.. Mas bien encontré imágenes de mujeres rompiendo con enojo cadenas, textos sobre venganzas hacia los hombres, agotamiento de mujeres, chicas alejadas de sus verdaderos anhelos, agobiadas con una doble o triple jornada, etc. Y me pregunto, ¿dónde quedó el movimiento de liberación femenina?
Si bien lo que se creyó podría ser una verdadera revolución social, se quedó en muchos países, en meros enunciados con buenas intenciones pero magros cambios en la realidad. La lucha feminista iniciada el siglo pasado puso el tema en la mesa con la idea central de lograr un mejor lugar para la mujeres en la sociedad, en la familia, en el trabajo, sin abuso, con trato digno, equidad de género, acabando con los mandatos patriarcales que causan sometimiento y deterioro en la autoestima. En el camino, muchas mujeres tomaron banderas equivocadas o que no tenían que ver nada con la esencia del movimiento y en ciertos sentidos se desvirtuó.
A mi me gusta mucho el término mujer autónoma para definir a quien se respeta a sí misma. Respeta su manera de pensar, gobierna en sus emociones, se hace cargo de sus elecciones, tiene metas y va tras ellas y a la vez inspira a otras mujeres a actuar. Una mujer autónoma es protagonista de su vida, no actriz de reparto. Es alguien que no busca la aprobación constante en la mirada de los otros. Se acepta a sí misma, es una mujer que conoce sus gustos, sus dones y talentos, y sabe como sacarles jugo. Es una mujer con fortaleza y única, que no se está juzgando ni comparando y que sabe que las equivocaciones no son más que oportunidades para hacer –luego- mejor las cosas.
Se cree que una mujer autónoma es alguien autosuficiente económicamente, no, no lo es. Puede ser que ella no se mantenga sola pero sí mantiene orden en su pensamiento y en sus emociones, en sus objetivos y sabe bien lo que es la integridad. Y al revés hay mujeres que no solo se mantienen ellas mismas, sino incluso a sus maridos y a sus hijos pero… no se respetan a si mismas, no se atreven a expresarse desde su autenticidad.
¡Mentira que las mujeres autónomas no necesitan de nadie! ¡No! Todos necesitamos de otras personas pero eso no quiere decir que seamos co-dependientes ni, por otro lado, que no se pueda tener autonomía. En ocasiones mujer que se dice liberada, suele ignorar realmente el significado de la palabra libertad. A veces no sabe de que se está liberando y sobre todo, para qué, y termina eligiendo justo lo que no le dio la libertad. Por eso muchas mujeres ante la lucha feminista no entienden de qué se liberaron, si tienen más trabajo, más cansancio, más responsabilidades, etc.. En cambio hay quienes encontraron en ese movimiento de liberación femenina la posibilidad de un mejor destino. Entendieron bien la libertad como la capacidad para elegir, como el atributo de la conciencia para pensar y obrar según la propia voluntad, claro, eligiendo lo que es mejor para ellas.
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