Ya sé, te preguntas todos los días en dónde quedó aquella mujer llena de sueños, joven, hermosa, con todo en su lugar, con todo ese atractivo que te puede dar la juventud, pero no la experiencia… Pasar de mujer a mamá no es un paso fácil muchas veces, y más en una época en donde las expectativas son tan altas… Pareciera que muchas veces el valor de nosotras depende de la belleza; sin embargo, los estereotipos y las modas nunca nos han ayudado, donde el ser mamá – y más de tiempo completo- ya no está in e incluso está devaluado. Muchas mujeres en la actualidad, optan por no ser mamás y dedicarse a producir, tener pareja, viajar y tener un perro en casa para poder endosarlo cuando sea necesario. En esta cultura hight, soft and light, egoísta y poco generosa, el concepto de familia se ha deteriorado desgraciadamente…
El otro día en una fiesta, hacían burla a una pareja de amigos míos, quienes tienen un matrimonio estable y una hermosa familia. Años atrás, mi amiga estaba en la disyuntiva de quedarse a criar chiquitos y formar familia o luchar por su prominente carrera como mercadóloga. Batallas internas y una profunda crisis se presentaron por estar “renunciando” a su carrera profesional y dedicarse a la familia. Hoy, esta mujer tiene lo que muchas de nosotras quisiéramos, una relación de pareja y familia exitosa, donde sí trabaja, pero a sus ritmos y a sus tiempos, decidiendo qué hacer con sus ingresos.
La regla es sencilla, no hay que cambiar lo urgente por lo necesario. Reconozco que muchas de nosotras no podemos hacer lo que mi amiga y esto es lo que nos toca vivir… Sin embargo, en la medida de lo posible necesitamos volver a lo básico:
1. Primero somos mujeres, es decir, seres independientes, con necesidades, formas de ver la vida, sentimiento, intereses y características propias.
2. Después, formamos pareja. Si yo estoy bien como persona y es prioritaria mi relación de pareja, dedicándole atención, intención, espacio y tiempo, seguramente podré formar una buena familia.
3. La familia es antes que una profesión, que cumplir expectativas de la sociedad, que las modas y el glamour, porque es lo que te da, a pesar de lo complejo, las mayores bendiciones de la vida.
En pocas palabras, primero eres mujer, después eres pareja y después mamá. Renuncia a cumplir expectativas ajenas y atrévete a ser quien eres. Cuando seas capaz de validarte de acuerdo a tus necesidades, comenzarás a encontrar las respuestas que tú necesites.
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