A menudo, las personas nos miramos a través de los ojos de nuestras creencias y/o de su combinación resultante con el estado de humor. Si nos levantamos con el pie izquierdo, figuradamente hablando, nos vemos horribles, en lugar de bellas. Mirarnos a través de los ‘moods’ (estados de humor) es un craso error. Por consiguiente, es mejor mirarnos con los ojos del amor o los del alma, que viene a ser lo mismo.
La sociedad nos ha inculcado y nosotras (sobre todo nosotras la mujeres), hemos aceptado la consigna de mirarnos, observarnos, contemplarnos, analizarnos... en función de las creencias o consignas basadas en variables tales como: la edad, la salud o la enfermedad, la ropa que llevamos. Además, lo filtramos por los modelos de referencia, esto es, de las fotografías de mujeres que nos sirven (normalmente, imponen) de iconos o diosas a las que emular. Dichas mujeres aparecen perfectamente maquilladas y peinadas. Es más, por refla general, sus fotos están pasadas por el pincel mágico del famoso ‘fotoshop’, o sea, la realidad está alterada. Nos comparamos con una 'mentira', un referente (mujer) que no existe en realidad por lo que siempre 'quedaremos en segunda posición'. De tanto empeñarnos en idolatrar a la parte externa olvidamos que la belleza reside en el interior. Cada persona es bella a su manera, y cuánto más auténtica sea, más bella será. La belleza, la verdadera, sólo es visible a los ojos del alma.
- ¿Cómo podemos mirarnos con los ojos del alma?
- ¿De qué depende?
- Los ojos del alma, ¿ven sólo la belleza o también ven la negrura?
- LA BELLEZA ESTÁ EN LOS OJOS DE QUIEN LA MIRA
Cuando estemos pochas, enfermas, tristes o apenadas por un suceso, decepcionadas, desilusionadas, decaídas… NUNCA deberíamos tomarla con nosotras y atacarnos con ‘antipiropos’ (son dardos envenenados para la autoestima). Jamás deberíamos antipiropearnos. Y, sin embargo, es una práctica demasiado habitual.
Los anti-piropos merman las defensas del amor propio, desvalorizan y apenan al alma. No es pues, de extrañar, que nos veamos ‘feas’ o ‘no hermosas’, cuando al mirarnos al espejo o sin hacerlo, si, previamente, nos hemos dado un baño de antipiropos.
Ejemplos de antipiropos:
- Cada día estoy más arrugada
- Vaya porquería de pelo que tengo
- Esta cara no la arregla maquillaje alguno
- Menudo asco de pestañas, más cortas no pueden ser
- Tengo unas ojeras terribles
- Qué asco de michelines o 'estoy gorda'
- En la oficina todas son más estilosas que yo
- Estoy de lo más tonta
- Soy un desastre
- Cómo me va a querer alguien...
NOTA: Los ANTIPIROPOS los usan tanto hombres como mujeres como ligeros matices...
Si estamos enfadadas es más saludable (y recomendable), afrontar el ‘enfado’ y enfocarnos en tratar de resolverlo en vez de usarlo como boomerang contra nosotras mismas.
Todas las personas somos bellas a los ojos de Dios: ‘Everything is beautiful in its on way’ (Todo es bello a su manera). El amor ve belleza. Todos y todas somos bellos a los ojos del amado. Todo hijo es bello para su madre. ¿Cómo puede ser que no seamos bellas a nuestros propios ojos?
- De hoy en adelante, nunca más te mires con los ojos del miedo, del odio, de la decepción, del enfado, del aburrimiento, del cabreo supino…
- De hoy en adelante, sólo mírate, contémplate con los ojos del amor. Tu sistema inmunológico te lo agradecerá. Y, tu alma sonreirá.
Y, si te apetece coleccionar cupones figurados, que sean de belleza ('mi belleza no es de éste mundo') y no de anti-piropos tipo: ‘vaya careto que tengo’.
Busca en las alforjas de tu alma qué hay de bueno, maravilloso, bello, amable, singular, genial… en ti.
Céntrate en lo que te refuerza, te hace bella, te diferencia.
Olvídate de los ‘defectos’.
En verdad, no tenemos ‘virtudes y defectos’ sino MATICES de diferentes colores y aromas.
- A los ojos del amor, la amada siempre es bella.
- Sé tú mejor amada, mímate, quiérete, se buena y amable con la persona más importante de tu vida: sin ti no puedes vivir.
Dibuja unas gafas con forma de corazones, y mírate a través de ellas. Son tus nuevas gafas para contemplarte.
Y, cuando te mires al espejo, sonríe.
Es mágico.
Comprobarás como, la persona que está en el espejo, te devuelve la sonrisa.
Ten fe en tí, cree en tí.
No hay mejor amor que el que empieza por una misma o uno mismo.
© Rosetta Forner
Rosetta Forner, agitadora de neuronas, escritora, hadamadrina/coaching con alma y fundamento.
Sí decides tener hadamadrina, puedes contactarme en:
E-mail: lavidaenrosetta@gmail.com
https://soylomejorquemehapasado.blogspot.com/
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