Cada día, nos vamos perdiendo de vista más y más con el afuera, en esta necesidad incesante de hacer, correr, tecnología, exigencias, sobre esfuerzos, etc.
¿Y sí hoy fuera tu último día?
¿Qué dejaste de decir a otros que era importante? ¿Qué quedó inconcluso?
¿A quién le dejaste de decir cuánto lo amabas y lo importante que era en tu vida?
¿A quién no perdonaste?
¿Qué lugares no conociste que estaban en tu lista antes de morir?..
En estas reflexiones, habría que considerar algunos puntos para VIVIR, más que EXISTIR.
Date más tiempo en el día para ti, tu familia, pareja, amigos. Mira a los ojos y coméntales lo que sientes por ellos.
Perdona rápido, para que vueles alto. Todo es aprendizaje de vida, suelta.
Aprende a serte fiel, escucha más el corazón que siempre te da respuestas y te avisa por donde sí y por donde no. Confía más.
Vuelve a la etapa en la que no tomabas la vida tan en serio y ríete contigo y con los que se dejen.
Escribe un diario de gratitud, voltea y ve todo lo que la vida te ha dado sin que lo hubieras pedido.
Deja de ir a todos los eventos, selecciona lo que te hace sentir bien y valora a las personas con las que tienes conversaciones que llenan tu mente y corazón.
Aprende cosas nuevas, haz cosas diferentes en tus fines de semana.
Come rico, sano, explora platillos nuevos, cocinas de otros países.
Atrévete a vestirte como realmente te gusta, aunque no se la moda de hoy.
Busca lo que te de paz, selecciona bien tus batallas.
Usa la palabra creadora de todo lo que eliges vivir, menos queja, más aprecio.
Todos los días frente a ti hay una hoja en blanco para escribir en ella una nueva forma de pasar el día, sin tener que cambiar lo que afuera existe…
Observa a la gente que te rodea con ojos nuevos, valora su presencia en la tuya.
Deja de participar en la crítica y chisme, te quita mucha energía, sin que nada cambie, sí tu palabra no suma, no lo digas.
Haz que tu presencia sea valorada por lo que le aportas a los demás, desde tu congruencia.
Que ésta sea una filosofía de vida para ti.
Brilla siempre
Meg
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