Cada vez se hace más normal condenar y burlarse de personas que hablan honestamente, especialmente cuando lo que dicen rompe los patrones y conceptos de lo que está bien. Esto refleja perfectamente que pareciera que tenemos libertad, sin embargo esa
Cada vez se hace más normal condenar y burlarse de personas que hablan honestamente, especialmente cuando lo que dicen rompe los patrones y conceptos de lo que está bien. Esto refleja perfectamente que pareciera que tenemos libertad, sin embargo esa