Con estas preguntas fundidas en un abrazo electrizante y cargado de múltiples emociones, me encontré entre los brazos de Diego mi hijo, 10 horas después de que me había despedido de él al comenzar con esta locura del ¡Ironman!. Eran ya las 5:30 de l
Con estas preguntas fundidas en un abrazo electrizante y cargado de múltiples emociones, me encontré entre los brazos de Diego mi hijo, 10 horas después de que me había despedido de él al comenzar con esta locura del ¡Ironman!. Eran ya las 5:30 de l