El liderazgo es un concepto que manejamos mucho a nivel empresarial y que hemos intentado ya hace muchos años, aplicar a la vida personal. ¿Cuál podría ser una definición de liderazgo? Podríamos decir que es el arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la obtención de logros y objetivos, en pro del bien común. Y una de las palabras claves de esta definición es la palabra arte. Porque el liderazgo es un arte y un arte es una destreza aprendida o adquirida y el liderazgo es en definitiva el influenciar en los otros y consiste en una serie de destrezas que cualquier persona puede aprender y desarrollar si se une al deseo y a las acciones apropiadas. Y la segunda palabra clave de esta definición es influir. Si el liderazgo tiene que ver con cómo influir sobre los otros, ¿cómo podemos conseguir desarrollar esa capacidad? ¿Cómo conseguimos que la gente haga lo que nosotros pretendemos? Y esto no es manipulación, porque el liderazgo no es manipulación, porque nos estamos refiriendo al logro de objetivos que van en pro del bien común.
Si nos referimos a una organización o a una empresa, el líder dirige a su equipo con el objetivo de lograr beneficios para la empresa, pero también para los integrantes de la organización. Por eso es que hoy también hacemos hincapié en el liderazgo transformador. Y liderazgo transformador ya no es solamente el líder que influye sobre su grupo o sobre su equipo sino también el líder que escucha lo que cada uno de los integrantes del grupo puede aportar en pro de ese beneficio común.
¿Y cuál es la diferencia entre el liderazgo y el poder? El poder es la capacidad de forzar o coaccionar a alguien para que éste, aunque preferiría no hacerlo, haga su voluntad debido a la posición de fuerza. Aquí sí podemos referirnos a un intento de manipulación. Todos sabemos lo que es el poder. El mundo está lleno de personas poderosas y personas que imponen su voluntad. O lo haces o te quedas sin el trabajo. El poder genera ese tipo de violencia.
¿Y qué es la autoridad? La autoridad es el arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que uno necesita debido justamente a ese arte de influencia. El líder es una persona que tiene determinado carisma que lo utiliza para motivar e incentivar a un grupo de personas, luego de hacer un planteo de cuál es el objetivo hacia el cual se quiere llegar.
Y si trasladamos esta concepción de liderazgo a la vida personal de cada ser humano, vemos que en definitiva en cada uno de nosotros existe un líder. Existe un líder porque cada uno de nosotros es responsable de las acciones de su vida, es responsable de saber a dónde quiere llegar. Por más que muchas veces no tomamos conciencia de la responsabilidad y no asumimos las consecuencias de ese liderazgo y simplemente fluimos con los acontecimientos de la vida. Pero uno de los elementos fundamentales es asumir justamente esa concepción de liderazgo. Es apropiarse del destino de cada uno.
Y más allá de las interferencias y más allá de los obstáculos y más allá de todas las situaciones que se interponen en el camino y que nos dificultan a veces llegar a lograr nuestras metas, en definitiva asumir el liderazgo es una señal de madurez. El líder es el que define en una empresa o en la vida, hacia dónde queremos ir.
Luego tenemos otra parte muy importante que es cómo administramos esa idea, porque tenemos que elaborar un proyecto, tenemos que elaborar un plan de acción y luego tenemos que ver cómo lo administramos, cosa que en una empresa están bien definidos los roles pero en la vida personal nosotros abarcamos todas esas funciones en una sola persona, en un solo cerebro pensante. Por eso es que la tarea de vivir no resulta tan sencilla. Porque nosotros tenemos una cantidad enorme de responsabilidades a cumplir y eso demora a veces mucho tiempo en que tomemos conciencia de que lo tenemos que hacer, de que no lo podemos delegar y, por otro lado, que no es bueno que lo deleguemos. No es bueno que entreguemos nuestra vida y nuestra visión del mundo para que otra persona resuelva qué es lo que nosotros queremos para nuestra vida. Porque no hay nadie que lo pueda contestar mejor que cada uno. ¿Quién puede saber mejor que uno lo que necesita para su vida? ¿Quién puede saber mejor que uno lo que necesita para sentirse bien? ¿Eso, es o no, asumir el liderazgo de su propia existencia? Si yo decido y resuelvo que necesito determinadas cosas para poder sentirme bien y trato de trabajar y de vivir en pos de poder obtener esas cosas que me hagan sentir bien estoy ejerciendo el liderazgo de mi vida.
Y eso es en definitiva lo que nosotros tenemos que hacer. ¿Qué hacen las empresas cuando tienen problemas, cuando tiene dificultades, cuando el mercado se enlentece? Cambian los paradigmas, cambian los modelos de comportamiento empresarial. Lo mismo sucede con nuestra vida. Si nosotros, en determinadas áreas de nuestra existencia, estamos recogiendo fracasos en forma continua, en primer lugar tenemos que admitir nuestra realidad; en segundo lugar tenemos que cambiar los modelos, las creencias, los paradigmas. Si nosotros repetimos nuestra historia y nuestros modelos de comportamiento en forma continua siempre vamos a arribar al mismo lugar. Vamos a estar siempre pensando que de alguna manera hemos fracasado, estaremos sintiendo que no somos eficaces ni eficientes en lo que nos proponemos en la vida y en realidad eso sucede porque nos cuesta enormemente separarnos por un instante y poder ver nuestra realidad desde un ángulo diferente.
Y cuando lo logramos hacer nos damos cuenta de cuán equivocados habíamos estado antes y de la urgente necesidad de poder instalar cambios importantes en nuestra manera de vivir y de sentir el mundo.
Dr. Walter Dresel
Comentarios