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¿Para vivir en pareja tenemos que renunciar a nuestros estilos de vida?

Cuando se ha tomado la elección de vivir en pareja no es posible renunciar a la individualidad. La pareja es complementaria, aunque mucho se ha dicho sobre el mito de la “media naranja”. Pero es solo una forma romántica de concebir la vida en pareja. Esta creencia lleva siempre a grandes decepciones.

Nadie puede ser la mitad de otro. Justo las diferencias son los que los han llevado a elegir una vida en común. Una pareja es de dos. Dos diferentes que deciden formar una relación de pareja. Y no dos iguales que necesitan estar fusionados para funcionar en la vida.

La dependencia en la pareja

Vivir en la dependencia, estar pendiente de la pareja, dejar de ser uno mismo en sus gustos, actitudes, formas de vestir, de hablar e incluso el abandono de amigos o personas importantes en nuestra vida para darle gusto a nuestra pareja, es una forma de dependencia emocional.  

Esta forma de depender generalmente implica costos a corto y largo plazo dentro de la relación, es difícil mantener ser quién no se es. Darle gusto al otro no evita los conflictos, sino que los agrava. En el fondo existe una sensación de resentimiento y enojo silencioso hacia la pareja.

El tiempo para la pareja

Aun cuando estemos enamorados necesitamos de nuestros espacios de soledad. Espacios para los amigos y para las actividades personales. Así la relación de pareja se nutre y se tiene más aprecio por los tiempos de convivencia juntos.  Cada uno tiene la seguridad de su propio espacio y, además de un lugar para vivir con la pareja.

Existen  parejas que se asfixian y se destruyen en el control del tiempo, de las actividades y de una gran desconfianza cuando no están cerca. Necesitan saberlo todo. Se tornan codependientes de su propio amor.

Dependencia Emocional

Se pierde el sentido de la individualidad. Todo el tiempo tenemos que dar explicaciones. Sentimos miedo de expresarnos. Si algo no le gusta a nuestra pareja, lo evitamos o lo hacemos a escondidas. Experimentamos culpa, nerviosismo, frustración. No sabemos en qué ocupar nuestro tiempo fuera de la pareja. Nos colgamos a su vida y a sus decisiones. Sentimos que nos controlan, pero también controlamos.

El amor dependiente es un tipo de amor infantil. Necesitamos que el otro se haga cargo de nuestras necesidades y además le exigimos que se responsabilice de nuestra propia vida. O por el contrario, “ lo amamos tanto”, que nos hacemos responsables de sus propias necesidades, en aras del amor.

El amor dependiente.

En mi libro Cómo Recupera la Confianza en el amor: heridas y cicatrices de la vida en pareja, hablamos sobre la manera de realizar un proyecto de vida tanto en común como individualmente.

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