Son varios los obstáculos que encuentran las mujeres en el mundo laboral y están ligados a diferentes factores que afectan las aspiraciones profesionales y el crecimiento laboral. Entre esos factores están; La desigualdad en las condiciones laborales que se observan en las brechas salariales entre los géneros y la violencia basada en género, y específicamente la violencia en el ámbito laboral. Lejos de encontrarse con espacios laborales igualitarios, las mujeres llegan a espacios donde se reproducen relaciones de abuso de poder basadas en la supremacía masculina sobre la femenina que las expone a riesgos y situaciones de violencia de género.
Pero ¿Que es la violencia laboral? La violencia laboral consiste en tomar una serie de acciones en contra de otro individuo en el entorno laboral, las cuales pueden ser ejercidas tanto por una figura de autoridad como por uno o más compañeros de trabajo del mismo rango. La violencia laboral además de conllevar el abuso de poder, también implica la violación de un conjunto de derechos laborales y humanos que son fundamentales para el bienestar y desarrollo de los individuos. Las víctimas de la violencia laboral sufren ataques directos e indirectos de diversos tipos como psicológicos, morales e, incluso, físicos que repercuten en el bienestar mental y físico del trabajador, y además generan su denigración como empleado.
La violencia laboral es un problema universal que afecta a todas las mujeres, sin importar su educación ni donde trabajan. ¿Por qué es tema importante? Porque es una violación de derechos humanos, es una amenaza a la dignidad, a la seguridad salarial y a la salud y bienestar de las mujeres víctimas de este tipo de violencia que va en contra del empoderamiento económico de la mujer pero también en contra de la economía en general.
Esa intimidación silenciosa, esa situación en la que una persona o un grupo de personas ejerce una violencia psicológica extrema, día tras día en forma constante y recurrente en el ámbito de trabajo, con la finalidad de destruir las redes de comunicación de víctima y su reputación, perturbando el ejercicio normal de sus labores, hasta lograr que abandone el lugar de trabajo y exponerla a una posible cancelación por supuesto abandono de sus labores es una práctica que ya se ve como natural en República Dominicana. Lo sé, porque conozco muchas mujeres víctimas de este flagelo a la dignidad femenina y porque yo también he sido víctima de violencia laboral, y de misoginia. ¿Hasta cuándo seguirá el mal trato y el patriarcado? Respóndase usted hasta cuándo será capaz de aguatar callando.
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