Lo cierto es que cuando decidí poner este título, inicialmente al libro y después al curso que impartimos, sabía que era un titulo arriesgado...
1. La primera razón por la que escogí este título es porque realmente es el título que mejor refleja su contenido. Se trata realmente de un curso de transformación interior; un curso en el que te llevamos de la mano en un proceso de autodescubrimiento y de transformación a nivel subconsciente para alcanzar ese estado de equilibrio, paz y coherencia interior al que yo llamo felicidad.
No se trata de un curso motivacional. No es un curso de psicología positiva. No es un curso para aprender conceptos, coger ideas o aprender "tips" sobre cosas que debo hacer para sentirme mejor. Es un curso de transformación profunda en el que se liberan bloqueos emocionales y se transforman múltiples creencias.
2. El segundo motivo estriba en el paralelismo sintáctico, y de fondo, con Un Curso de Milagros. Eso sí, con todo mi respeto y salvando las distancias.
He de decir que no soy seguidor del Curso de Milagros, pero entiendo que su contenido ofrece al individuo una herramienta increíble para el desarrollo personal y espiritual. Lo que buscamos en Un Curso de Felicidad, e incluso medimos, es la elevación del nivel de conciencia del participante en los cursos o del lector.
3. El tercer motivo saca a relucir mi personalidad "transgresora" y, en cierto modo, mi sentido del humor. Comentaba en la introducción que Un Curso de Felicidad es un título arriesgado. Su riesgo estriba en que por un lado hay mucha gente que arrastra la creencia "no se puede enseñar a ser feliz", y en parte tienen razón. No se puede enseñar a ser feliz, si esa enseñanza no va acompañada de la transformación de la persona a nivel subconsciente. Y por otro lado, hay otras personas que tienen la creencia de que "nadie tiene que venir a enseñarme a mi a ser feliz".
Pues bien, este título busca intencionadamente ser irreverente con este tipo de creencias. Se puede enseñar a ser feliz. Lo demostramos en cada curso que impartimos, donde los participantes salen plenamente felices, y me lo corroboran todos los mensajes que recibo de lectores que han experimentado esa transformación una vez realizados los ejercicios que se pautan en mis libros.
Y para aquellos que creen que deben valerse por si mismos para ser felices, totalmente de acuerdo. De hecho, lo que buscamos es precisamente eso, que la felicidad sea algo interior que no dependa de nada ni de nadie externo a uno mismo. Ahora bien, si alguien me puede dar un empujón para alcanzar ese estado, bienvenido sea.
Ricardo Eiriz
Comentarios