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Hoy eres exactamente como eres por las acciones que tomaste y por las que no tomaste. Vivir Hoy es un regalo, por eso se llama presente, y es en el que debemos concentrarnos y enfocar nuestra energía.

Si vivimos lamentándonos por el pasado estamos desperdiciando las oportunidades que tenemos para construir el mañana que podríamos tener, a la vez que los recuerdos del pasado o las acciones del pasado nos atenazan en nuestra creatividad y nuestra ilusión de conformar positivamente el mañana. Toda la energía que destinamos a lamentar el pasado, es energía perdida, es tiempo que no utilizamos eficientemente.

Naturalmente, analizar el pasado sosegadamente, aprender de los errores reconociéndolos con humildad, fortalecerse en los aciertos y ganar en la curva de la experiencia que es la vida, resulta una acción necesaria para crecer como persona. De este modo podemos aproximarnos más a aquella actitud que nos superan generalmente los animales a los humanos: aprender de un error y no volverlo a cometer; a los humanos se nos suele olvidar; todos conocemos la sabia actitud de muchos animales que no tropiezan en la misma piedra dos veces. Sin embargo, los humanos solemos repetir y repetir nuestros errores. Por tanto, la visita al pasado debe servir solo para Aprender, para tomar nota de lo positivo y negativo, pero una vez que hemos aprendido la lección, el pasado se fue, el pasado ya pasó, y no podemos revivirlo. Cada vez que nuestro pensamiento en el pasado sea una fuente de querer revivir nuevamente lo que ya vivimos, debemos darnos cuenta que estamos atormentándonos simplemente y que no estamos sacando nada positivo de nosotros. El remordimiento por el pasado hay que eliminarlo. Incluso, en el mundo cristiano-católico, cuando uno se arrepiente de un error previo, se nos recomienda que nos olvidemos de ese tropiezo y que una vez que pedimos perdón, Dios ya nos lo concedió y estamos liberados de la carga que supone haber incumplido. No debemos atormentarnos más. Basta haber pedido perdón una vez!!.

Si bien ahora ya hemos sabido tomar del pasado lo mejor: la experiencia, somos ya más eficientes, tenemos más conocimiento, y más cosas del pasado, por qué no nos concentramos en el día que vivimos, en las acciones que hemos de hacer hoy y nos olvidamos de quere absurdamente resolver toda nuestra vida hoy. Si el pasado ya no es tormento, ¿por qué atormentarse del mañana, del que aún no hemos vivido, del que aún no somos culpables de nada, en el que aún no se nos han presentado contrariedades?. HOY es un nuevo comienzo, una oportunidad que la vida nos brinda para cambiar, mejorar, avanzar, crecer, desarrollar, lograr, soñar, aplicar la experiencia adquirida y disfrutar del día que vivimos. La palabra que utilizamos mucho en Castilla-la Mancha, en España: Anda!, viene aquí como un cántico para moverte, para tomar energía e impulsarte en lo que tienes que hacer hoy, en lo que puedes conseguir hoy, en lo bueno que harás hoy, en las acciones que hoy podrán darte plena satisfacción, paz y seguridad de haber cumplido con tu papel en la vida.  Si vivimos hoy en plenitud, seguro que conseguimos movernos en el camino de la perfección en nuestra vida. Dicen los católicos-cristianos que debemos dejar la Misericordia de Dios para que nos ayude a olvidar los errores del pasado, pero a la vez, también nos dicen que dejemos el futuro en la Providencia de Dios. Si hoy cumplí, ¿por qué debo temer mi cumplimiento debido en el día de mañana?. Los retos que el mañana me traerá son infinitos, no puedo preverlos todos con todas sus singularidades. Querer asegurarlos y conseguirlos hoy es un gasto energético imposible de conseguir exitosamente. Si nos reconocemos como humanos con limitaciones, ¿por qué queremos explotar nuestra máquina cerebral queriendo resolver todos los asuntos del mañana? Aceptemos que no tenemos capacidad de prever con precisión el mañana, si quiera, a grandes rasgos. Es mejor enfocarnos en el hoy, que es del único que podemos rendir cuentas al final de día y dejar que el mañana nos rete nuevamente, pero como mañana le afrontaremos con toda la energía y toda la pasión, al igual que habremos hecho hoy, resultará que estaremos super bien preparados para asumir los retos del día. Cada día nos trae sus contrariedades, y con resolver las del día que vivimos es ya suficiente carga y esfuerzo. Los humanos no llegamos a un restaurante o a nuestra cocina, y  comemos una ración 10 veces superior a la habitual para asegurarnos la comida de los próximos 9 días; no hacemos esto, verdad, y en cambio sabemos que mañana tenemos que volver a comer, hoy hay comida suficiente, pero no se nos ocurre tomarnos toda la comida hoy para afrontar mañana con la tranquilidad de que no necesitaremos comer. Pues bien, la misma actitud la debemos tomar con la mente. Hoy tenemos un problema y lo resolveremos. Mañana se nos podrán presentar muchos otros problemas, algunos que podríamos imaginarnos y otros que nunca hubiéramos imaginado. Como un buen atleta competidor afronta una competición: preparándose para ser capaz de razonar y competir según la dificultad que pone el adversario, pues así debemos ser nosotros: preparandonos con capacidad de afrontar el día de mañana, pero sin quererlo resolver.

Mi recomendación práctica para poder vivir el día de hoy plenamente, con concentración y prioridad, a la vez que dejamos preparado el día de mañana. Todo lo que tengas que hacer mañana y no vayas a hacer hoy, simplemente apúntalo en tu lista de Pendientes, bien ordenada y escrita, pero no trates de resolverlos hoy, y sácalos de tu mente. que los posibles retos del mañana no ocupen nada de espacio en tu mente hoy. Mañana, la lista te sugerirá cual será el foco del día. Verás qué placer de olvidarse de algunos pendientes que parecían mega o tera-importantes, pero que con la perspectiva del bosque (mirando el bosque y no el árbol o la rama para tomar perspectiva de todas las cosas) resultan de relativa importancia, porque habrás vivido el hoy.

Muchas gracias a Retos Femeninos por dejarme asomar al blog con Sylvia Sanchez Alcantara. Felicidades!.

Un abrazo

Julián