Es el último mes del año y es importante analizar y reflexionar sobre lo vivido y lo que esperábamos vivir al hacer nuestros propósitos de año nuevo. ¿Pasas el tiempo mirando hacia atrás, viviendo en el pasado, en vez de valorar y disfrutar cada momento del presente? Una experiencia de fracaso deja muchos sentimientos negativos y sólo si te armas de valentía, puedes dar el paso firme que se requiere para salir de él. Recuerda que lo que decides hoy puede cambiar radicalmente tu futuro.
Analiza si huyes de todo lo nuevo por miedo a un nuevo fracaso y llevas años paralizada en el mismo lugar, quejándote de lo mismo y sin decidirte a resolverlo. Recuerda que cada quien construye su propio destino y es responsable de sus acciones y decisiones.
Si algo no te gusta, te incomoda o te hace sufrir, la única que puede quitarlo del camino y darse la oportunidad para progresar, eres tú, al confiar en ti y tus capacidades. Cuando te propongas terminar con lo que te lastima y trabajes convencida, lograrás cambiar lo que te hace sentir mal: un trabajo, una pareja o un mal hábito.
Muchas veces por comodidad, desidia o miedo no nos movemos y no vemos que estamos desperdiciando oportunidades maravillosas que se nos presentan y ni siquiera las volteamos a ver. Preferimos quejarnos y ser víctimas sin querer entender que el cambio está en nuestras manos. Cambiar es dejar algo conocido por algo nuevo por conocer y puede provocarnos inseguridad, miedo y angustia, cuando no estamos convencidas de quererlo lograr. Cuando comprendamos que si no arriesgamos jamás ganaremos, tendremos la posibilidad de sacar la motivación que se requiere para hacer los cambios.
Por no querer asumir la responsabilidad que nos corresponde somos capaces de otorgarle el poder sobre nuestra vida y decisiones a otras personas, porque en el fondo nuestra actitud es conformista o de derrota anticipada. Así será imposible progresar y abandonar el lugar donde estamos estancadas.
Subir el primer escalón, aunque sea pequeño, es suficiente para que todo empiece a cambiar. Anímate a subirlo, la recompensa la disfrutarás sin duda alguna. Puedes poco a poco acercarte a la meta que te fijes si caminas con valentía y seguridad. Diseña tu plan para alcanzarla y ve anotando cada paso que des, reconociendo y aprendiendo de los errores. Si te equivocas, rectifica. Si los resultados no son los que esperabas, vuelve a intentarlo. Si te caes, levántate. Te sorprenderás de tu capacidad si vas valorando tu esfuerzo.
Si piensas que no puedes dejar a la persona que te lastima porque no puedes vivir sin ella o dejar el trabajo mediocre que te impide crecer porque crees que no conseguirás otro, estás aniquilando todo lo que puedes conseguir y mereces, ya que no permites que llegue a tu vida. Cuando sientes que no eres capaz, que la vida no te favorece y que no mereces más, seguramente así sera y en lo que tienes que enfocarte en un inicio y trabajar es en tu autoestima, ya que el enemigo real a vencer es tu mente.
Tenemos que conocernos para valorarnos, cuidarnos, querernos y aceptarnos y así poder ver claramente lo que merecemos. Si no nos valoramos, es imposible que nos valore la pareja, los amigos o en el trabajo. Quien no es capaz de reconocerse valiosa, amarse y respetarse, estará destinada a no ser amada, respetada o valorada. El amor empieza por uno. El único amor para siempre es el amor propio que nos permite ganar en vez de perder, volver a intentarlo en vez de desistir, ser valientes en vez de detenernos, hacerlo en vez de dudar y disfrutar en vez de sufrir.
¡No esperes más y encuéntralo dentro de ti!
Cuando nos analizamos con amor, en vez de resaltar nuestros defectos, descubrimos nuestras cualidades y fortalezas para empezar a caminar y no quedarnos en el lugar donde no hemos logrado encontrar nuestros sueños y vivimos insatisfechas.
Comentarios