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 La risa y la sonrisa son medicina y placer; lo más propiamente humano que tenemos. Todos sabemos reír, aunque a veces se nos olvide. Pero lo importante no es hacerlo cuando nos apetece, de forma natural, sino cuando el dolor emocional o físico nos acosan. Todos necesitamos disponer de recursos, para las situaciones difíciles, cuando nos sentimos solos. Al mismo tiempo, es importante aprovechar los buenos momentos para prepararnos, de manera sencilla y asequible. La buena noticia es que eso ya lo tenemos al alcance de nuestras posibilidades. ¿Te imaginas siendo capaz de sonreír cada día sin depender de nada ni de nadie? ¿Te imaginas compartiendo con tu familia el optimismo, la confianza y la alegría, en lugar del malhumor y la frustración? ¿Qué estarías dispuesta a hacer para disfrutar de tu felicidad y la de tu familia? Me gustaría proponerte alternativas sencillas y prácticas; explicaciones, soluciones y ejercicios para compartir en grupo y en la soledad del hogar. La mayor parte de las veces, en lo que de verdad nos importa, con muy pequeñas cosas, podemos lograr satisfacciones inmensas; podemos disfrutar de la ternura. Toda mujer sabe eso. ¿No es así?

Por otra parte, se encuentran quienes no pueden sobrevivir sin el respaldo afectivo de otras personas, ya sea positivo o negativo. Estos individuos, con una autoestima prácticamente inexistente, pueden convertirse en tiranos o vampiros emocionales de su entorno, maltratadores físicos o psicológicos, independientemente de su sexo y condición socioeconómica. En estos casos podríamos considerar que tal vez no hayan logrado alcanzar su equilibrio y satisfacción personal, que necesitan algo para llenar sus vidas sin tener que amargar las de otros. Hay personas que nunca buscarán la alegría porque, tal vez, hayan perdido su humanidad por el camino. A estos últimos, no tengo nada que decirles.

Sólo quiero compartir sueños y esperanzas con quienes están dispuestas a sonreír cada día, para convertir este mundo en un lugar mejor, comenzando por su propio corazón y el de sus seres queridos. ¿Eres tú esa persona?

Reír, para vivir mejor. Ediciones obelisco