Sí pasáramos lista a los comportamientos del “debería” en nuestra cultura, podríamos llenar libros enteros. He aquí un muestrario más común, de los cuales seguramente te identificarás, pero lo más importante, es que te concientices y mejores tu calidad de vida:
1. Creer que hay un lugar para cada cosa y que cada cosa debe estar en su lugar. El síndrome de la organización significa que te sientes incómoda cuando las cosas no están en el lugar que le has asignado.
2. Preguntar: ¿Cómo debo vestirme para esta ocasión? De forma regular, como si hubiera una sola manera apropiada de vestirte y ésta fuera determinada por otra gente. Por ejemplo: los pantalones blancos y los colores pasteles se llevan sólo en el verano; la lana es siempre un material invernal hay muchos otros debes similares “controlados por las estaciones” que se infiltran en tu vida. Ser esclava de los dictados de los críticos de la moda y usar sólo lo “que se usa” porque, después de todo, tienes que estar a tono.
3. Aceptar las afirmaciones de que ciertas bebidas van con ciertas comidas; que con el pescado y las aves hay que beber vino blanco; que el vino tinto es apropiado sólo para la carne. Estar encerrada en las reglas de alguna persona que ha decidido qué hay que comer y con qué.
4. Trasladar la culpa de tus actos a otras personas. Por ejemplo: “En realidad la culpa es de ella; por ella llegamos tarde” “No me culpes a mí, él es quien lo hizo”
5. Tener que asistir a una boda a la que te han invitado y enviar un regalo aunque no te gusten los novios. “Haces cosas porque así es como deben de ser cosas”
6. Asistir a servicios religiosos que te disgustan y en los que no crees porque es lo que se espera de ti y tú quieres hacer lo que se considera apropiado.
7. Irte a dormir cuando es la hora de dormir y no cuando estás cansada.
8. Tener relaciones sexuales de sólo una o dos maneras aceptables, o tener relaciones sexuales sólo cuando las circunstancias son apropiadas, como por ejemplo que los niños estén dormidos, que no estés cansada, que la habitación esté oscura, etc.
9. Seleccionar roles en el diario vivir porque la cultura lo impone o lo demanda. Por ejemplo, las mujeres solo lavamos los platos, los hombres lavan el automóvil. El trabajo de la casa es para las mujeres, el hombre es el único que puede tener puestos laborales importantes, las niñas juegan a las muñecas y se “creen princesas” y los niños juegan a los carritos y se “creen choferes”.
10. Comer todos los domingos en casa de un familiar, aunque preferirías no hacerlo. Después de todo, es una tradición, y si a todos no les gusta, incluyendo al familiar, “hay que preservar la tradición”.
11. Leer un libro que te recomiendan cuando no son temas de tú interés. Pero lo lees para “que no crean” que no agradeces su opinión.
12. Que las mujeres no invitemos nunca a los hombres a salir. Después de todo, ese es el papel del hombre. O no empezar nunca una conversación telefónica, o abrir la puerta a un hombre, o pagar la cuenta, etc si “ellos son los que deben de conquistarnos” Lo que sucede es que nos da miedo ser honestas con nosotras mismas y complacer siempre las reglas sociales del “cortejo” hombre-mujer cuando la vida requiere que seamos más abiertas, sinceras, congruentes y participativas para que una relación funcione.
13. Enviar tarjetas de felicitaciones por Navidad o Fiestas cuando en realidad “ahora” ya te molesta hacerlo. Y lo sigues haciendo porque “los demás es lo que esperan de ti.
14. Preguntarnos siempre como si estuviera un taladro en nuestra cabeza preguntas como: “¿Será ella/él la persona apropiada para mí?” y andar siempre atormentada en busca de la persona adecuada.
15. Ir a todas partes con tu pareja porque “así se supone que tiene que ser” aunque ambos prefieran estar en sitios diferentes en un momento dado.
16. Creer que las “verdades absolutas” la tiene un libro o una persona, cuando en realidad la verdad la “tienes tu misma” Los libros y las personas que escribimos para apoyarte en tu crecimiento emocional, espiritual, social, etc somos guías de ayuda, compartimos contigo contenido que te “ayuda” a ir formando criterios sinceros de tu vida con base a lo que buscas y lo que te ayuda. Somos un puente, tú eres quien lo cruza.
17. Darle mayor importancia a las recompensas, títulos, honores y a todos los emblemas honoríficos que a tu propia evaluación de lo que has logrado y haces.
18. Decir: “¡Yo no podría ser nunca tan grande como…!”
19. Aplaudir en un teatro cuando no te gustó la función.
20. Dar propina cuando te han dado un mal servicio.
Todos hemos sido educados de acuerdo a normas sociales que se han ido enseñando a través de las generaciones, lo más importante, desde mi punto de vista, es que con base a esta lista la cual tu puedes modificar o añadir es entender que el inicio de nuestra satisfacción como individuos es cuando pensamos, decidimos y actuamos con base a lo que nos proporciona felicidad, tranquilidad y comodidad.
A nuestra edad, sino ponemos un alto a lo que nos disgusta o los eternos “deberías” que son más para darle gusto a los demás, estaremos involucrados en una crisis emocional que por temor a enfrentar o cambiar tus necesidades pueden afectar tu salud y bienestar en general.
Recuerda, Tú tienes el Control, Tú eres lo más importante. Que Dios te bendiga, nos vemos el próximo martes. Gracias.
Comentarios
Claro por que nosotras somos las únicas decidimos como queremos vivir, habia leido en el libro de Wayne W Dyer TUS ZONAS ERRÓNEAS algo parecido.
6. Creer que las “verdades absolutas” la tiene un libro o una persona, cuando en realidad la verdad la “tienes tu misma” Los libros y las personas que escribimos para apoyarte en tu crecimiento emocional, espiritual, social, etc somos guías de ayuda, compartimos contigo contenido que te “ayuda” a ir formando criterios sinceros de tu vida con base a lo que buscas y lo que te ayuda. Somos un puente, tú eres quien lo cruza.
Este punto fue el que mas me hizo mella por que me gusta leer mucho y me había hecho esa pregunta, todo lo que leo tengo que creer. Gracias por compartir