INVERTIR EN TI TAMBIÉN ES UNA FORMA DE AMAR 🧡

13557323291?profile=RESIZE_400x
Ahorrar no es acumular. Es elegir. Y a veces, el verdadero acto de abundancia… es gastar.
 
Durante generaciones, a las mujeres nos enseñaron que debíamos ser prudentes. Medidas. Agradecidas con lo que hay.
Que ahorrar era sinónimo de responsabilidad y virtud. Que darse un gusto era casi un acto egoísta.

 

Nos dijeron: "No compres eso, mejor guarda."

Nos repitieron: "Piensa en el futuro, no en el ahora."

Y así, muchas veces aprendimos a vincular el dinero con la culpa, no con el placer.

Con el miedo, no con la confianza. Con la supervivencia, no con la creación. 

Pero esa narrativa nos está limitando. Nos reduce. Nos desconecta de nuestra capacidad de elegir con conciencia. 

Hoy quiero contarte otra historia.

Una donde el ahorro y la inversión no nacen del castigo, sino del deseo.

Una donde el dinero no es enemigo, ni patrón, ni dictador. Es una herramienta para construir la vida que sí queremos.

Y para eso, quiero hablarte de tu chakra financiero sacro.

🖊️ El chakra sacro: tu poder de crear y disfrutar

El chakra sacro (Svadhisthana) está energéticamente ligado a nuestra creatividad, al placer, a la sexualidad, a la fertilidad y al gozo.

Es la fuente de vida que nos habita.

En lo financiero, este centro energético se expresa a través del ahorro y la inversión. Pero no como gestos de privación, sino como gestos de creación.

El dinero, igual que la energía vital, necesita espacio para fluir. Para circular. Para dar vida a algo que tenga sentido para ti.

Cuando ahorramos desde el miedo, desde el "por si acaso", el cuerpo lo siente como una dieta forzada. Tensa. Frustrante.

Pero cuando ahorramos desde la intención, desde el deseo de crear algo mejor para nosotras, entonces todo cambia.

Guardar dinero no es prevenir el futuro. Es construirlo. Invertir no es multiplicar por multiplicar. Es proyectar nuestra voz, nuestra visión, nuestra libertad.

🚫 El mito del ahorro perfecto (y cómo nos ha dañado)

El patriarcado financiero nos ha vendido una versión moralista del ahorro. Una que castiga el disfrute. Una que vigila cada gasto.

“No te compres ese café. Invierte ese dinero y serás rica en 30 años.”

¡Basta!

No somos malas con el dinero por no seguir una hoja de Excel. No estamos fallando si priorizamos una experiencia o un deseo.

Y sobre todo:

Ahorrar no es una penitencia.

Cuando el ahorro se vive como obligación, el cuerpo se resiste. El deseo se apaga. La motivación se evapora. Tarde o temprano, viene el autosabotaje.

Nuestro chakra sacro no se activa con reglas estrictas. Se enciende con propósito.

No pregunta: “¿Cuánto tengo que guardar para estar a salvo?” Pregunta: “¿Qué quiero crear con esto?”

🚀 Ahorrar desde el gozo: una revolución femenina

El ahorro también puede sentirse como libertad.

Como paz. Como una decisión propia, no impuesta.

Imagina esto:

Guardas dinero con nombre y apellido: "Mi fondo de viaje con mi hija", "Mi libertad para renunciar", "Mi independencia para no volver con quien me hizo daño".

Inviertes en una herramienta que potencia tu trabajo o en una formación que amplía tu visión.

Eso no es gasto. Es expansión.

Y la sensación que queda no es culpa. Es poder.

Ahí está tu chakra sacro funcionando en plenitud.

🧵 Si sentís que tu relación con el dinero está estancada…

No corras directo al banco o al asesor. Primero, hacete estas preguntas:

  • ¿Qué me da placer pero también me impulsa?

  • ¿A qué le estoy diciendo que no por miedo a quedarme sin dinero?

  • ¿Estoy ahorrando desde el deseo o desde el castigo?

  • ¿Qué cambiaría si empiezo a ver la inversión como autocuidado?

Detrás del bloqueo financiero hay muchas veces historias de sacrificio, lealtades femeninas que nos piden ser "buenas", "cuidadoras", "invisibles".

Pero ya no estamos para eso.

Hoy podemos darnos permiso. Para disfrutar. Para elegir. Para expandirnos.

🪡 Cuando el dinero fluye, también fluye el poder personal

Un chakra sacro bloqueado hace que el dinero se estanque.

Queremos retenerlo, pero igual se va. Nos da miedo usarlo, pero lo perdemos o llegan "emergencias".

Cuando ese centro se desbloquea, algo se alinea:

  • Te das un gusto sin culpa.

  • Dices que no sin sentirte mal.

  • Ahorras con tranquilidad.

  • Inviertes con fe.

No es magia. Es coherencia. Es el cuerpo sabiendo que puede confiar en ti.

Primero tú, luego el dinero.  ¡Siempre!

🌟 Esta es una revolución silenciosa (pero poderosa)

El verdadero autocuidado financiero no es sobrevivir con lo justo.

Es construir una relación con el dinero basada en placer, autonomía y elección.

Es decirte:

  • "Me lo merezco."

  • "Esto también es una inversión."

  • "No tengo que justificar cada peso que uso para vivir mejor."

Porque ahorrar no es acumular. Es elegir. Y a veces, el acto más revolucionario para una mujer es...

gastar con alma.

Gastar sin culpa. Gastar sabiendo que eso también puede ser inversión.

Y sobre todo:

El dinero que guardas sin intención te pesa. El que inviertes con amor... te expande.

Si estás trabajando tu relación con el dinero, con el disfrute o con la culpa financiera, cuéntame:

¿Qué sentiste al leer esto?

Yo también estoy aprendiendo a invertir en mí sin miedo. Y en ese camino, nos acompañamos mejor.

Te abrazo y te leo,

Marijó

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos