Cuando se viven situaciones intensas que amenazan con poner en riesgo nuestra vida o la de nuestros conocidos, como es el caso de los recientes temblores en diferentes ciudades de México, tienden a darse reacciones instintivas independientes y a veces en contradicción directa con nuestras creencias. Este tipo de procesos automáticos y de origen genético pueden acontecer también en casos como el hambre o las intoxicaciones por sobresaturación emocional que generan "catarsis" como el llanto, la risa histérica, la rigidez o el temblor corporal.
Las reacciones instintivas típicas, además de las "catarsis" mencionadas, son el ataque, la huída o el sometimiento. Pero antes de que se produzcan los hechos que generan este tipo de reacciones también existen procedimientos instintivos preventivos. Todos los animales en estado de libertad perciben las catástrofes naturales con antelación suficiente para poder escapar y ponerse a salvo. Nosotros, como seres biológicamente ligados a lo animal, también. Ahora bien, en nuestro caso no podemos hablar de un estado de "libertad" animal porque estamos condicionados por nuestras creencias, entre otras cosas. Estas nos alejan de nuestra sensibilidad natural, muy frecuentemente vinculada con alteraciones intestinales, a través de aprendizajes racionales o condicionamientos de otros tipos. Lo peculiar del caso es que, cuando queremos arreglarlo limpiando nuestras "creencias limitantes" para sustituirlas por otras relacionadas con objetivos y logros seguimos imponiéndonos creencias que nos alejan de nuestra sensibilidad natural.
Necesitamos recuperar nuestra capacidad de "escucha coherente" a nuestra sensibilidad natural, que podemos identificar con la auténtica "sabiduría del corazón". Si te interesa conocer mejor este tema, puedes leer mis libros: "El corazón inteligente" y "E.m.o.c.i.o.n.e.s.". Además puedes solicitar información sobre talleres de desarrollo de tales habilidades o sesiones personales de "desbloqueo emocional" si te encuentras en situación de alguna reacción instintiva como el miedo, que no puedes liberar o equilibrar suficientemente.
Dr. Juan Antonio López Benedí - juanbenedi@gmail.com
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