Quizás te sientas identificada con alguna de estas palabras, o quizás ni siquiera sepas a qué se refieren. En este espacio que comparto por primera vez contigo voy a desvelar qué significado tienen y cuál es su vínculo con las mujeres.
Como bien sabes, en el ámbito laboral las mujeres no solo enfrentamos desafíos visibles como la brecha salarial, la falta de representación en roles de liderazgo o las dificultades de conciliación. A menudo, también lidiamos con obstáculos menos visibles pero igualmente poderosos: los síndromes psicológicos que afectan a nuestro bienestar y rendimiento en el trabajo. Estos síndromes, como el de la impostora o el de la abeja reina, están profundamente arraigados en la cultura y expectativas de género que, históricamente, han limitado el papel de la mujer en el mundo profesional.
A continuación, te explico algunos de estos síndromes, cómo se manifiestan y qué podemos hacer para superarlos.
El síndrome de la impostora: No soy lo suficientemente buena
El síndrome de la impostora es quizás el más conocido de todos. Se refiere a la sensación constante de que, a pesar de los logros y el éxito alcanzado, no somos merecedoras de ellos y que, en cualquier momento, alguien nos va a "descubrir". Esta percepción errónea lleva a muchas mujeres a dudar de sus propias capacidades y a minimizar sus logros. Las mujeres que padecen este síndrome suelen atribuir su éxito a la suerte o al trabajo duro, en lugar de reconocer su talento o inteligencia. A pesar de sus méritos, muchas sienten que no pertenecen al puesto que ocupan y que no son lo suficientemente competentes.
¿Cómo superarlo?
Reconocer que el síndrome de la impostora es común puede ser el primer paso para abordarlo, y aceptar que los errores son parte del proceso de crecimiento, y no una prueba de incompetencia, ayuda a aliviar esta autoexigencia. También es importante que te rodees de personas que refuercen el valor de nuestras habilidades y logros, además de trabajar por nuestra propia autoestima.
El síndrome de la abeja reina: Sólo hay espacio para una mujer en la cima
Este síndrome describe el fenómeno en el que una mujer en una posición de poder o liderazgo se muestra hostil o competitiva hacia otras mujeres en su entorno laboral. La abeja reina percibe a las demás mujeres como amenazas y, en lugar de apoyarlas o impulsarlas, tiende a subestimarlas o incluso sabotearlas. Aunque puede parecer una actitud individualista, el síndrome de la abeja reina tiene raíces profundas en la cultura de la escasez de oportunidades para las mujeres. En entornos laborales donde las mujeres enfrentan barreras para ascender, puede surgir la creencia de que solo hay espacio para una mujer en la cima, lo que fomenta la competencia en lugar de la colaboración.
Para vencerlo es fundamental fomentar una cultura de sororidad y apoyo mutuo entre mujeres en el trabajo. La competitividad es natural en entornos profesionales, por supuesto, pero es importante reconocer que el éxito de otras mujeres no disminuye nuestras propias posibilidades. Al contrario, construir redes de apoyo entre mujeres puede empoderar y abrir más puertas para todas.
El síndrome de la superwoman: Debo hacerlo todo y ser perfecta
El síndrome de la superwoman se manifiesta cuando las mujeres se sienten obligadas a cumplir con todas las expectativas, tanto dentro como fuera del trabajo. A menudo, se les exige sobresalir en su carrera profesional mientras gestionan su vida personal y familiar de manera impecable, lo que las conduce al agotamiento y a la frustración, pues mantener un estándar tan alto es insostenible a largo plazo.
Las mujeres que padecen el síndrome de la superwoman suelen tener dificultades para pedir ayuda o delegar tareas, creyendo que deben cumplir con todo por sí mismas y esta sobrecarga de responsabilidades impacta su bienestar emocional y físico, afectando su rendimiento laboral y su satisfacción personal.
¿Qué hacer para salir de ahí?
Aceptar que no tenemos que hacerlo todo es un primer paso clave, y aprender que delegar responsabilidades, tanto en el ámbito laboral como en el personal, es una señal de inteligencia y no de debilidad es fundamental. También es importante aprender a decir "no" (¡cuánto nos cuesta!) y priorizar aquellas tareas que realmente importan.
El síndrome de la mujer invisible: Mis logros no se ven ni se valoran
El síndrome de la mujer invisible se refiere a la experiencia que muchas mujeres tienen de sentirse ignoradas o no valoradas en el entorno laboral. A menudo, sus ideas y contribuciones pasan desapercibidas o son atribuidas a otros (frecuentemente hombres), lo que refuerza esa sensación de invisibilidad y desvalorización. Este síndrome está vinculado a la falta de reconocimiento y oportunidades que muchas mujeres experimentan, especialmente en sectores tradicionalmente masculinos.
Para superar este síndrome, es esencial que las mujeres aprendan a visibilizar sus logros y a abogar por sí mismas. También es importante que las organizaciones implementen políticas de igualdad de oportunidades y reconocimiento de méritos, fomentando una cultura donde las voces de todas las personas, sin importar su género, sean escuchadas y valoradas.
Los síndromes como el de la impostora, la abeja reina, la superwoman o la mujer invisible no son problemas individuales, sino reflejos de dinámicas de género profundamente arraigadas en nuestras sociedades y lugares de trabajo. Para superarlos, es fundamental no solo trabajar en el desarrollo personal, sino también promover cambios estructurales en las empresas, fomentando la igualdad y el apoyo mutuo. Las mujeres, al reconocer y compartir estas experiencias, pueden encontrar formas de fortalecer su autoestima, confiar en sus capacidades y construir redes de sororidad que beneficien a todas.
¿Te has sentido identificada con alguno de ellos?
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Soy Ana González Pinto, directora de la consultora Mujer Fénix. Periodista especializada en igualdad y derechos sociales que trabaja con organizaciones, universidades y personas en España y Latinoamérica para impulsar el liderazgo femenino, y construir una sociedad más justa, libre y equitativa.
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