Las mujeres dejamos que las emociones nos arruinen la vida y los negocios fácilmente.
Gracias a facebook puedo hacer mi trabajo mucho mejor porque por medio de esta red social me puedo dar cuenta de como piensan las personas, cuales son sus problemas y cual es la mejor manera de ayudarlas a crear una vida mejor. Es muy interesante el poder evaluar lo que hacen o dicen las personas sin juzgarlas y ese es mi reto día a día.
Hoy quiero evaluar la siguiente frase, ya que ha estado presente en facebook por algunas semanas, bueno, en mi círculo de "amigos":
"A veces somos buenos con las personas equivocadas"
Esta frase me llamó la atención por la simple razón de que yo considero que uno de los principales problemas en los seres humanos es el de dar esperando algo a cambio. El ser bueno con los demás implica el dar algo, ya sea sentimental o material, y el pensar que lo hicimos (dimos) con las personas equivocadas es asumir que esas personas se portaron mal con nosotros, es decir, NO nos dieron lo que nosotros esperábamos que nos dieran.
Hace alrededor de siete años que trabajo con mujeres y me he podido dar cuenta que las mujeres (por ser más emocionales que los hombres) dejamos que las emociones nos arruinen la vida y los negocios fácilmente. Y esto es en gran parte a dar esperando algo a cambio. Nos encanta hacerle "favores" (ayudar) a las personas y aunque pensamos que lo hacemos sin esperar nada a cambio, siempre estamos esperando que esas personas a las que les ayudamos nos ayuden a nosotros cuando lo necesitemos, y muchas veces hasta queremos que "ellas" adivinen que ahora yo necesito un favor. Y si no nos ayudan nos sentimos mal y hasta nos molestamos empezando una cadena de resentimientos.
Yo he comprobado muchas veces que la mejor manera de dar es dar simplemente por el placer de dar, sin esperar nada a cambio. Dar por el placer que me produce a mi (como persona) el ayudar a alguien y hacerlo sentir bien. Dar pensando y asumiendo solamente en los beneficios que YO recibo al ayudar a alguien, que son incalculables cuando lo hago de corazón. Dar algo que a mi NO me hace falta o que al darlo mi buena disposición y mi fe lo multiplican y yo recibo sus bendiciones. Dar con el corazón lleno de amor incondicional…si no es así, lo mejor es NO dar.
Y lo reafirmo… Si no das por el simple placer de dar, es mejor no dar, ya que esto evitará muchos dolores de cabeza, molestias, resentimientos, odios y hasta problemas mucho más grandes. Un claro ejemplo de lo que estoy hablando es cuando se "presta" dinero, especialmente un dinero que le hace falta al que lo presta. El prestar dinero está dentro del dar, ya que al prestar dinero se da una ayuda a quien lo necesita y por lo tanto se espera que se pague y que aparte, esas personas nos ayuden cuando nosotros lo necesitemos. Cuando la persona no cumple con nuestras expectativas (no nos pagan) empiezan los problemas, y un problema trae otro y así es como familias se desintegran y amistades se pierden, pero sobre todo, nuestra (mi) vida se arruina. Todo esto se evitaría no prestando dinero, o bien prestar sin esperar nada a cambio.
En este caso yo tengo una regla muy clara, yo nunca presto todo lo que me piden (sea quien sea) y si en verdad hay una gran necesidad en la persona, le presto, pero en mi mente lo regalo, es decir, no espero que me lo paguen. Si me lo pagan es ganancia. Claro, esto no se lo digo a la persona que le presté. Así me evito resentimientos o sentirme mal con la persona. Por supuesto, hay mucha gente que no me ha pagado y yo vivo feliz y sin resentimientos, porque el dinero siempre me llega (y algunas veces multiplicado) de alguna otra parte (esto como resultado de mi estado emocional de bienestar).
"Da sin esperar nada a cambio y abre tu corazón para recibir grandes bendiciones"
Esta es una frase que yo pongo en práctica todos los días y me funciona muy bien. Si aprendiéramos a dar por el simple placer de dar sin esperar que los demás nos paguen con otro favor, con algo material o emocional o simplemente nos agradezcan por el favor, nuestra vida seria mucho más fácil y ligera. Dejaríamos de estar al pendiente de lo que los demás dicen o no dicen, hacen o dejan de hacer y nuestra vida estaría llena de amor y paz.
Te invito a que practiques el dar por el simple placer de dar y que realmente te convenzas a ti mismo de que NO esperas nada de los demás. El que tú seas bueno o de determinada manera no tiene nada que ver con los demás, tiene que ver solamente contigo. Tu manera de ser no depende de los demás, depende de ti mismo. Se como tu quieres ser por el simple placer de ser tu mismo y abre tu corazón para recibir un mundo lleno de bendiciones.
Abrazos y bendiciones,
Patricia Anaya
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