En el siglo veintiuno en el que vivimos, cada ser humano debe tener un porqué y un para qué en su existencia. Me voy a explicar un poco más. La vida de cada uno de nosotros tiene que tener un sentido. Saber hacia dónde nos dirigimos y con qué herramientas contamos para poder llegar a la meta que elegimos.
Tú puedes optar por darle un sentido a tu vida y entonces tu brújula interna te indicará hacia dónde debes ir, o puedes deambular por tu existencia, siendo rehén de los vaivenes y de adónde los vientos te lleven, sin un destino determinado. Todas las posturas frente a la vida son respetables, basadas en el libre albedrío del ser humano de elegir cuál desea que sea su presente y su futuro.
Lo cierto es que no darle un sentido a tu vida tiene sus peligros, porque puede suceder que pase mucho tiempo sin que los acontecimientos te sorprendan y un día te das cuenta que ha pasado la mayor parte de tu vida sin que tú hayas incidido en ella y sin saber siquiera lo que hubieras querido para la misma.
La experiencia nos muestra qué si bien una persona puede encontrarse con un golpe de suerte y espontáneamente encontrar un derrotero para su vida, lo cierto es que en la mayoría de los casos esto no sucede, lo que sume a ese hombre o mujer en una depresión profunda por haber desperdiciado los mejores años de su vida.
No creo que tú quieras esto para ti, por lo que te sugiero que ya hoy mismo te aboques a diseñar un itinerario para tu existencia y que tomando un café contigo misma puedas encontrar aquello que verdaderamente deseas que te suceda.
Luego vendrá la etapa práctica de diseñar una estrategia, una hoja de ruta y un plan de acción para acceder a ese lugar específico que tú has creado en tu mente y en tu alma.
¡Abandona la rutina, siéntete libre de decidir por ti misma lo que necesitas para tu armonía interior y tu equilibrio emocional!
Dr. Walter Dresel
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