Sanar libera la energía negativa que daña al corazón y riada con luz y paz.
La sanación de la que aquí se habla no se refiere a invocar espíritus o hablar con curanderos esotéricos que inducen al alma a reencontrarse con vidas pasadas para solucionar problemas metafísicos.
La sanación de la que se refiere este artículo tiene que ver con el proceso que transforma la energía negativa y tóxica del alma en paz interior logrando un equilibrio y armonía personal.
Este concepto busca conseguir balance entre la realidad, las posibilidades y el dolor o la pérdida pudiendo encontrar nuevas alternativas para disfrutar la vida.
Siempre hay una razón para sanar. Ya sea que hay que recuperarse de alguna enfermedad, curar alguna herida, superar una pérdida, adaptarse a un cambio o hasta limpiar algún malentendido. Es imposible tener una vida sin complicaciones y/o adversidades.
Es importante y necesario aprender a sanar cualquiera que sea la cuestión que haya provocado el desequilibrio personal. Cargar con resentimientos, energía negativa o dolores íntimos solo condena y limita la calidad de vida.
Aprender a sanar es aprender a vivir. Es liberar las cargas innecesarias que contaminan al alma para poder vivir en plenitud y con un corazón fortalecido.
La esencia de la sanación es muy poderosa. Cuando una persona tiene la intención genuina de liberar su dolor encuentra el valor necesario para confrontar cualquier tipo de incomodidad con tal de retomar su equilibrio y estabilidad emocional.
La maravilla de este procedimiento es que a pesar de que es intenso y doloroso, cuando se concluye y la persona sana, ya no vuelve a recaer. El proceso de sanación es permanente.
Existen dos alternativas para sanar, una se enfoca en encontrar la parte dañada o lastimada buscando la forma más adecuada para fortalecer la cuestión enferma o delicada, reparando, curando, componiendo, confrontando, etc… y la otra opción dirige su atención a la parte sana, la porción del alma que está estable y más entera.
Esta tendencia fortalece el lado bueno con el fin de apoyar, cuidar y proteger asegurando que este punto sano sea validado y gratificado para dar ánimo y pueda sanar en su totalidad.
Ambos enfoques son igualmente efectivos. Cuando consiguen su propósito, logran sanar incluyéndose mutuamente, ya que la sanación es un proceso íntegro y duradero. Al cuidar y sanar uno de los dos polos opuestos, se logra fortalecer y sanar la totalidad de la persona.
La vida ofrece oportunidades para sanar, crecer y superarse continuamente.
Es la elección personal la que acepta el reto para enfrentar el dolor, conquistar el miedo, aceptar la realidad para poder vivir en paz. O bien se puede elegir, no sanar, enfermarse más. Evadir la realidad, lamentarse, vivir con resentimientos, reproches por consiguiente hundirse en la pena, y aislarse del mundo y de la gente que le quiere.
La persona que sana permite que su energía le fluya, vive con plena conciencia, paz interna y es genuinamente FELIZ.
La receta
Sanar para vivir en armonía
Ingredientes:
Conciencia – aceptación de la realidad y el presente con responsabilidad
Optimismo – pensamientos positivos y constructivos que motivan a crecer
Flexibilidad – facilidad para integrar, adaptarse con apertura para escuchar
Atención constructiva – enfocarse en lograr armonía, paz y gratitud
Esfuerzo- determinación para sanar y vivir mejor
Afirmación personal para poder sanar:
Tengo el valor de encontrar la luz en los momentos más oscuros de mi vida. Puedo dirigir mi atención y mis pensamientos a cuestiones positivas y constructivas. Tengo el poder de sanar mi alma, aunque tenga condiciones o cicatrices permanentes que me recuerden mi dolor. Me enfoco en soluciones que sumen y aporten aspectos constructivos a mi forma de vivir y de relacionarme. Tengo confianza de poder sanar y vivir en paz.
- Siempre se puede encontrar un destello de luz en la oscuridad. Recuerda que somos seres de luz. Hay que tener valor para encontrar fe y esperanza en medio del dolor, la angustia y el desamparo.
- Fortalecer el alma por medio de pensamientos constructivos y positivos. Cuando se puede evitar que los pensamientos negativos lleguen a los labios y salgan por la boca uno se protege del maltrato personal y tiene la posibilidad de sanar.
- Sanar es un proceso que implica compromiso personal, trabajo interno y esfuerzo. Nadie puede sanarte si no lo deseas, este es un procedimiento que requiere tener la intención clara y la determinación para lograrlo. Es imposible que otro sane por ti.
“Cuando sanas tu mente, sanas tu alma y cuando sanas tu alma… tu cuerpo también se puede sanar” *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2021 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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Becky Krinsky | Life-Coach, Author, & International Speaker
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