El miedo no distingue, ni excluye a nadie, toda persona lo ha sentido en algún momento de su vida.
El miedo, una emoción fuerte que generalmente viene acompañada con ansiedad, fantasías irracionales y pensamientos que ya sea paralizan y hacen ver todo lo peor que puede suceder o bien impulsan a sobreponerte para conquistar lo temido porque el resultado puede ser más prometedor.
A pesar de que se puede estudiar y describir al miedo como una emoción fascínate que descubre partes más obscuras de la personalidad. Tambien el miedo puede tener la cualidad de lograr que la persona se adapte y sobrevivía distintas situaciones que en un principio pudieran ser inalcanzables.
Puede haber tantos tipos de miedo como oportunidades para desarrollarlo. Por ejemplo, se puede temer a situaciones reales, como a la incertidumbre que causa perder un empleo… ¿qué tal si nunca vuelvo a tener un empleo tan bueno como el que tenía? o ¿ si pierdo mi casa o mi coche porque no tengo con que pagar mis cuentas? A pesar de que el evento que desencadeno la incertidumbre fue real, los pensamientos pesimistas ya fueron trabajados por lo que la ansiedad es más profunda y quizá irreal.
Tambien se puede sentir un miedo terrible al hablar en público sobre todo cuando se trata de un público muy grande o personalidades imponentes, después de todo, hablar en público es considerado como uno de los miedos más populares que hay. Pero si ese miedo motiva a la persona a preparar mejor su plática y a tomar cursos de oratoria, es probable que su temor solo lo transforme en un conferencista más preparado y seguro.
Al enumerar los miedos, se puede ser tan descriptivo como tener miedo a volver a enamorarse, al rechazo, a reprobar, a no tener dinero, a la soledad, a la burla de los demás, a fracasar, hay personas que le temen al éxito. Tambien hay miedos normales como a la muerte y miedos construidos por ideas irracionales como a volar en aviones o a morir por un piquete de araña. Personas le temen a los perros, a las serpientes… miedo a vivir, a decir lo que en realidad se siente, miedo a llorar enfrente de otros, miedo defraudar a otros, etc… y lo más triste hay gente que solo le tiene miedo al miedo, porque así, no tiene que vivir, ni sentir. Después de todo, El miedo, tiene en general una connotación de peligro, de estado de alerta y de atención inmediata.
El miedo no es ajeno a nadie, de hecho es fácil reconocerlo, ya que el cuerpo tiene la grandiosa habilidad de percibirlo casi de inmediato. El corazon palpita con mayor velocidad, el cuerpo se siente tenso, los ojos se abren más y se parpadea menos, el estómago se contrae, ya sea se pierde el apetito o entra una compulsión y necesidad de comer, tomar, fumar etc... En fin, el miedo es escandaloso, claro y muy fácil de reconocer, lo que es difícil es controlarlo y conquistarlo. Pero en el viejo libro dice, ¿Quién es fuete?, aquel que conquista sus miedos.
La receta
Conquistando el miedo
Ingredientes:
- 1 taza de aceptación – percepción y reconocimiento del sentir propio, estado de alerta
- 2 piezas de valor – fortaleza para poder enfrentar las situaciones que intimidan
- 1 ramita de confianza- aceptar el aprendizaje que está llegando, tener fe
- 2 sobrecitos de actitud positiva y buena disposición; ver la vida con ojos nobles y buscar el lado positivo
- 1 pizca de paciencia – aguante, determinación para sobreponerse a lo desconocido o temido
Recomendación del chef: No luches contra tu miedo, haz que esté de tu lado, no temas a sentir miedo, déjalo fluir, experimenta el malestar y conquístalo, descubre la enseñanza que esta emoción te quiere regalar.
Que se aprende del miedo:
1. Solo la persona que se atreve a aceptar su miedo aprende a vivir con plenitud. Confrontar el miedo fortalece el alma y motiva a superarlo a pesar del malestar que provoque.
2. El miedo siempre está latente en cada persona hay que reconocerlo y hacerlo un aliado. Sentir duda cundo se surgen limitaciones o fragilidad de la condición humana es una condición natural que otorga poder y libertad para decidir y actuar retomando los valores fundamentales de cada ser.
3. El miedo recuerda que siempre hay una razón por más por la cual se puede luchar. El miedo conecta a la persona con el valor y la motivación, es la emoción que regala el valor para conquistar, y disfrutar el exquisito sabor que solo el triunfo puede dar.
“El miedo que no se supera controla y se apoderar de la vida del cobarde que no quiso luchar”.
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