Es evidente para la mayoría de la población mundial, especialmente en los países más desarrollados, que los sistemas educativos y las metodologías utilizadas en los procesos formativos han quedado obsoletos. Responden a la necesidad de crear operarios para las líneas de montaje, generadas a raíz de la Revolución Industrial del siglo XVIII. Se necesitaba gran cantidad de mano de obra, especializada o no, pero sumisa, poco brillante a nivel intelectual, y sin inquietudes personales por el desarrollo de sus capacidades y cualidades.
Ese sistema educativo basado en la memorización, la repetición y la estandarización, ha perdurado desde entonces, centrándose de forma exclusiva en el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro, el racional, el que nos permite escribir, abstraer, categorizar, tener memoria verbal, comprender las matemáticas, etc.
Pero, ¿Qué ha sido del hemisferio derecho, el que nos dota de percepción holística? Nuestro hemisferio derecho es el responsable de la intuición. Es donde se generan las visiones o revelaciones creativas, además de permitirnos sintetizar, visualizar, reconocer patrones, relacionar cosas, etc. Pues bien, ese hemisferio ha sido sistemáticamente ignorado por los sistemas educativos que han llegado a nuestros días, como tan simpáticamente nos explicó Sir Ken Robinson en la ya mítica conferencia que realizó en TEDx en el año 2006, y que llevaba por título “Las escuelas matan la creatividad”. (http://www.ted.com/talks/ken_robinson_says_schools_kill_creativity?language=es)
El desarrollo de ambos hemisferios del cerebro es el camino para desarrollar una gran parte de nuestro potencial, para desarrollar nuestras habilidades y capacidades, para alcanzar la brillantez en aquello en lo que destacamos. Y no te confundas,
¡todos destacamos en algo, aunque nos hayan hecho creer que no es así!
Pero ignorar nuestro hemisferio derecho no es el único hándicap de los sistemas educativos actuales. Existe otro elemento quizás más importante y trascendente que ha sido totalmente ignorado, la mente subconsciente, responsable de más del 95% de todas nuestras acciones y decisiones a lo largo de nuestra vida. Se trata de una parte de nosotros que actúa de forma refleja, ajena a la razón y el pensamiento, y que en último término es la responsable de mantenernos con vida.
Al contrario de lo ocurrido con el hemisferio derecho, ignorado voluntariamente por los sistemas educativos para adaptarse a unas determinadas necesidades formativas (para conseguir un determinado tipo de persona), en el caso de la mente subconsciente el motivo ha sido muy distinto: el desconocimiento de cómo acceder a ella y transformarla. Pero eso ya es historia. En las últimas dos décadas han aparecido diversas técnicas y procesos que nos permiten acceder a la mente subconsciente para reprogramarla a voluntad. Se trata de técnicas sencillas y, en algunos casos, tremendamente rápidas y efectivas.
En la actualidad parece existir un consenso prácticamente universal al respecto de la necesidad de transformar los sistemas educativos y las metodologías formativas. Pese a ello, los cambios están siendo muy lentos. Tardaremos años en ver una verdadera transformación en los sistemas educativos oficiales. Pero la revolución está llegando. Ya hay escuelas por todo el mundo, que incorporan sistemas educativos y metodologías para el desarrollo integral de ambos hemisferios (Waldorf, Montesori,…). Y también hay metodologías formativas, como el método INTEGRA, que permiten realizar procesos formativos utilizando el potencial que nos ofrece la mente subconsciente.
Ser conscientes de esta realidad nos ayudará a cambiarla. En nuestras manos está sacar todo el potencial que tenemos dentro. No es algo que podamos ni debamos delegar en nadie.
Ricardo Eiriz
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