Bien dicen que la administración del tiempo es la administración de uno mismo. El tiempo es oro.
Constantemente decimos o escuchamos: no tengo tiempo…no me alcanza el tiempo…el tiempo vuela…se nos viene el tiempo encima, etc. El tiempo debe estar a nuestro servicio y no que seamos nosotros quienes nos dejemos envolver y esclavizar por él.
Para el ser humano es tiempo es fundamental, y organizarlo es el arte de hacer que sirva para el beneficio de todos. Estoy convencida de que el uso del tiempo es reflejo de la personalidad de todo hombre y toda mujer. Malgastarlo es malgastar tu vida.
Recuerdo a una amiga que al final del día me comentó: hoy el día me vivió…yo no lo viví. En definitiva, mi amiga no decidió que hacer, sino que permitió que las circunstancias y otras personas determinaran las acciones de su vida. ¿Te pasa lo mismo a ti?
Todos disponemos de exactamente 24 horas al día, 168 en una semana y 8,736 en un año. No más, no menos. Famosos y no famosos, hombres y mujeres, con mucho o poco dinero, jóvenes y adultos. El tiempo transcurre matemáticamente uniforme y parejo. Es un hecho: a nadie se le echa encima y nunca se pone a volar, pero tampoco se recupera.
Imagina que cada día dispones de $1,440, cantidad que debes gastar bien ya que no es acumulable y si se gasta mal ya no hay la posibilidad de recobrarla. Pues tienes cada día, 1,440 minutos que debes utilizar de la mejor manera posible, ya que no se recuperan ni se acumulan.
El aprovechamiento del tiempo es el proceso de administrar ordenadamente lo que hacemos en ese paquete de 168 horas por semana, de 1,440 minutos por día.
Para aprovechar el tiempo es necesario tener una idea clara de lo que significa y, sobre todo, darle un gran valor. Aquellos que con mayor facilidad lo pierden suelen no darle importancia.
Si deseas aprovechar cada minuto de la tu vida, te invito a planear, que significa coordinar las actividades que debemos cubrir con el tiempo de que disponemos, analizar donde se desperdicia el tiempo, qué problemas existen y sus causas.
Una hora de planeación puede ahorrar muchas horas de trabajo inútil y de crisis. A este plan concreto se le llama horario, el cual debe ser realista, actual, flexible para adaptarse a imprevistos y personal, es decir, tuyo y de nadie más.
¿Te has dado cuenta de todo lo que se avanza si sabes qué hay que hacer en cada momento? El horario, en cualquiera de sus formas (escrito o digital) es una herramienta que te ayudará mucho.
Una vez que has decidido lo que quieres hacer, cúmplelo sin pretextos, como si fuera lo único importante en el mundo. De otra forma, empezarás a perder el tiempo, o a dedicarlo a cosas sin importancia, que te harán sentirte insatisfecho, harán que no cumplas con tus responsabilidades y vivirás estresado.
Reflexiona cuales son las prioridades en tu vida, y acto seguido revisa que tanto tiempo le dedicas a ellas. Las tenemos muy claras en teoría, pero en la práctica estamos muy lejos de vivirlas.
Recuerda lo que mencionamos en un principio: dime a que dedicas tu tiempo…y te diré quién eres. Tu tiempo es el reflejo de quién eres realmente.
LUCIA LEGORRETA DE CERVANTES. Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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