Una manera de encontrar sentido a tu vida es precisamente conociendo eso para lo que eres capaz. ¿Sabes cuáles son tus dones y talentos? ¿Qué haces que todo mundo alaba? ¿En qué área de tu vida te sientes maravillosamente haciendo cosas? ¿Qué es lo que no te genera ningún esfuerzo realizar? ¿Haciendo qué, percibes que llevas ventaja sobre los otros? ¿Qué disfrutas creando? ¿Qué te apasiona? ¿Qué te inspira más?
Te hago estas preguntas porque ahí tienes una clave de desarrollo personal que te permitirá descubrir el sentido para dirigir naturalmente tu trayectoria existencial.Hay habilidades que son espontáneas y todos las tenemos, tú conoces las tuyas seguramente.
Tengo una amiga a la que nadie enseñó a cocinar. Cuando era niña, cada vez que entraba a la cocina su madre la sacaba porque decía que se la ensuciaba y que además quería que no se distrajera de sus actividades escolares. Su mamá confiaba en que cuando se independizara o se casara y tuviera que hacer de comer, aprendería como ella lo hizo, a través de un libro de cocina heredado de su propia madre.
Cristina siempre se quedaba con las ganas de crear platillos. Tenía un paladar muy desarrollado y podía sugerir a la cocinera cómo mejorar los menús con otros condimentos o modificando el proceso de elaboración.Al paso del tiempo y siguiendo los pasos de su padre, Cristina terminó la carrera de ingeniería industrial, se fue a vivir a Barcelona y se casó, pero el libro de cocina de la tradición familiar, que recibió como una joya, en su despedida de soltera, prácticamente ni lo abrió.
Al regresar de la luna de miel, en la primera comida que preparó, Cristina sorprendió a su flamante marido. “No sabía que eras una experta chef”- le dijo. “Ni yo, y quiero decirte que me acabo de dar cuenta que disfruté muchísimo en la cocina, lo que experimenté fue rarísimo, como si alguien me dictara qué ingredientes tenía que ir poniendo”.
Cristina descubrió un don muy especial en las artes culinarias, y hoy en día tiene uno de los restaurantes más prestigiados y conocidos de Cataluña, en España, donde es difícil triunfar en el ambiente gastronómico por la cantidad y calidad de afamados sitios para comer que existen en la región.
En ocasiones, las circunstancias de vida te han impedido momentáneamente poner en marcha lo que ya traes. La oportunidad para que ese talento florezca parece no darse. Sin embargo, tarde o temprano las condiciones para desarrollarlo se presentan.
Otras veces somos los padres, con “las mejores intenciones” quienes no permitimos que nuestros hijos sepan de lo que son capaces naturalmente, porque hacemos cosas por ellos o queremos a como dé lugar, guiarlos al punto que nos parece más conveniente, según nuestras propias necesidades.
¿CUÁL ES TU MEDIA NARANJA?
Tu “media naranja” a veces no es tu pareja, como suele decirse, sin embargo, quiero aprovechar la alegoría de las dos mitades de la naranja para ilustrar en qué podrías aplicar tus habilidades innatas.Creo que la primera mitad de la naranja, son tus dones y talentos, algo que se te ha dado.
Tú puedes hacer una naranja completa si los desarrollas y si además encuentras para qué te fueron entregados de forma natural. Es decir, la otra mitad de la naranja representa esa necesidad en el mundo que no ha sido satisfecha y que está esperando para que tú, con tu unicidad, con tus dones y talentos únicos, la satisfagas.
¿Te parece descabellado mi planteamiento? Te aseguro que no lo es. ¿No crees que eso para lo que tienes una habilidad increíble, puede aplicarse precisamente en algo que requiere de tu esfuerzo o presencia?
Creo que este mundo- carente de muchas cosas- te ofrece oportunidades para que desarrolles tus capacidades y deseo para ti que –generosamente- pongas tus talentos al servicio de algo o de alguien que te necesita.Si me dices que en esas actividades donde puedes aplicar tus habilidades espontáneas, no te genera dinero, tal vez tengas razón. En un principio, esa labor puede que no te produzca beneficios económicos, sin embargo, he visto cómo a partir de lo que a uno le gusta hacer, más tarde se producen ganancias que también pueden aportar ingresos suficientes para que uno pueda vivir cómodamente de ellas y además, con la gran satisfacción de haber servido.
Puedes convertir el entorno necesitado de ti, en el ámbito donde puedes desarrollarte. Observa a tu alrededor qué falta, y pregúntate qué tienes de especial tú para poder satisfacer esa necesidad en el entorno en el que te mueves.
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