- CONFÍA EN TI.
Confiar en ti es una gran parte de la fórmula del éxito.
Aléjate de la gente agorera, de la que te dice que no puedes, que no debes, o que no se puede. Ello no significa que no tengas que ser REALISTA.
Hacerse con la realidad es también parte del secreto del éxito. No podemos elaborar una estrategia que funcione si, antes, no hemos hecho prospección del terreno.
Hay muchas personas que se desahucian a sí mismas. Tenemos que ser muy conscientes de que el MIEDO no cura, no sana, no nos libra de una enfermedad, más bien puede ser el imán que lo atraiga. El miedo nos paraliza, nos sume en estados depresivos…
- NADA DEBERÍA SER MÁS IMPORTANTE QUE YO, QUE MI VIDA. SÓLO TENGO ESTA VIDA PARA VIVIRLA, NO HAY NINGUNA DE RESPUESTO.
Personalmente, he atravesado varios desiertos, o sea, que me han caído chuzos de punta varias veces a lo largo de mi existencia terrena. La primera gorda que me cayó fue la de quedarme sin trabajo: me cesaron. Yo eran una directiva, tenía un puesto magnífico, muy bien remunerado además de las prebendas extras que iban con el cargo (viajes a otras oficinas de la compañía en otros países, invitaciones a fiestas y a viajes maravillosos –trabajaba en el sector publicitario). Todo eso, lo perdí una mañana de un día… Mi jefe, el director general, tenía unos celos tremendos de mi talento y, sobre todo, de mi personalidad. Curiosamente me había contratado él, pero no soportaba que yo brillase más que él. Así que temiendo que me nombrasen a mi directora general previo cese de él, él se adelantó y me largó al paro.
Mi madre hizo un reencuadre excelente de la situación al más puro estilo PNL de Robert Dilts & Judy Delozier (mis maestros de PNL): ‘Ahora podrás hacer lo que siempre has soñado…” Y, no dramatizó ni me dijo nada negativo, no instaló condicionantes negativos en mí, sino todo lo contrario. Ella siempre me ha dicho que yo tengo un montón de recursos y que sabré salir adelante en la vida. Ella siempre ha confiado en mí.
Nadie nos hace nada que no consintamos. Cierto. La mayoría de las veces, hay que pelear y mucho. Abjurar de la responsabilidad de la vida propia puede ser muy cómodo. Empero, ello conlleva, implícitamente, aceptar que dicha vida carece de valor suficiente como para luchar por la misma.
La confianza en tí misma es una suerte de varita mágica¡¡¡
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