El miedo a perder el amor de un hijo puede acabar con el respeto y tu responsabilidad.
Creer que se corre el riesgo de perder el amor de una persona querida es una gran pena, lejos de crear una relación sana, termina perjudicando y lastimando invariablemente.
Las relaciones personales no tienen precio, ni se les debe negociar.
Es importante tener límites, vivir con responsabilidades, obligaciones y consecuencias. Palabras como: No, es no, pórtate bien, porque así es, no te lo puedo comprar, haz tu tarea, ayúdame, o, cuando no se puede, no se debe, pueden representar situaciones incomodas, retadoras y hasta peligrosas. Sin embargo, es evidente que una relación sin límites ni consecuencias es la receta perfecta para lograr el desorden emocional y a la manipulación familiar.
¿Porque debe de existir la culpa y el miedo al no complacer a las personas queridas? ¿Será cierto que el dar todo lo piden los hijos los hace mejores personas? O ¿será que la falta de límites y autoridad convierta a las personas en seres insaciables y prepotentes?
El peligro de caer en el chantaje o la manipulación emocional, y conceder cualquier tipo de peticiones, a veces hasta irracionales, crea comportamientos difíciles de controlar.
Las imposiciones o chantajes emociónales se acentúan más cuando existe inestabilidad familiar, culpas o cuando hay divorcios, perdidas y enfermedades.
Desafortunadamente, cuando las personas sufren y están pasando por situaciones difíciles y podrían tener más apoyo, comprensión y cariño de sus hijos o de la gente más cercana a ellos, es cuando, se ocupan más los límites y la disciplina, a pesar de no tener ánimo, o fortaleza para fomentarlos.
Son estas situaciones donde la manipulación se incremente y lamentablemente, todos sufren, los padres de dolor, culpa e imposibilidad para lidiar con sus hijos berrinchudos, rebeldes y mal agradecidos, y los hijos por vivir en un descontrol, caos sin límites y mucha incertidumbre.
Los típicos ejemplos de: ya sea que la madre que accede a comprar botellas de alcohol a su hija menor de edad para que “los amigos quieran venir a su casa” o el padre que le dé un coche deportivo al hijo que ni siquiera estudia bien, o la madre que se queda sin comer porque su pequeña le hace un berrinchito en el restaurante que se tiene que salir rápida y apenadamente.
Claro que todos estos casos el comportamiento irresponsable o imprudente, no es falta de amor, es simplemente falta de información para manejar mejor estas situaciones delicadas.
¿Buscar el amor a cualquier precio, educar sin límites será la manera de querer?
No se trata de juzgar o de condenar los comportamientos de nadie más bien buscamos medios para entender y mejorar.
La receta
Crianza feliz y efectiva
Ingredientes:
Comentarios
muchas veces solo es un circulo vicioso que la gente cae y que no sabe como salir de el. no siempre es patologia muchas veces puede ser falta de recursos no materiales sino de saber manejar la situacion, falta de autoestima... enfin lo que yo he aprendido que hay que tener compacion y tartar de no juzgar...
Solo tengo una hija, tiene 27 años, una excelente relacion, jamas me ha faltado al respeto, en ninguna forma, no fue facil encontrar el equilibrio siendo hija unica, pero gracias a Dios lo logre.
Tengo una amiga que sus dos hijas ya adultas le gritan, le dicen groserias, sin importar si hay otras personas presentes, fui testiga de varios pleitos entre ellas, no entiendo ese tipo de relaciones, creo que hay algo patologico tanto en la madre como en las hijas.