¿Qué quieres hacer en el futuro? ¿Sabes para qué eres buena? ¿Tienes metas que alcanzar? Esto es muy importante. En mi experiencia como psicóloga y psicoterapeuta de adolescentes y adultos, en mi consultorio, y en las pláticas que tengo día a día con mis pacientes, veo que cuando ellos se descubren, miran hacia adentro y ven lo increíbles que son, logran ponerse metas y dirigen su vida como ELLOS quieren.
Cuando pienso en esto, recuerdo a una paciente que tuve hace unos años. Por más que explorábamos por qué estaba en la situación que estaba, no avanzaba. Fue muy importante para ella entender su infancia y cómo ésta determinaba su forma de actuar y de repetir patrones de comportamiento que la mantenían paralizada. Era una joven muy tímida, tanto que su vida social y laboral se veían afectadas. Llevaba tiempo aislándose cada vez más, en un círculo vicioso que no podía detener.
En el proceso de análisis le cayó el veinte. Un día llegó a su sesión como de costumbre y me dijo: “María, ya estoy harta de desperdiciar mi vida, sé que para crecer, tengo que hacer x, y, z, ¿y qué crees? ¡Lo voy a lograr!”. Hacía tiempo que a mí y a las personas cercanas a ella, nos quedaba claro que ella conseguiría lo que se había propuesto, pero era a ella a quien tenía que quedarle claro para empezar a actuar.
Fue muy lindo ver su crecimiento después de este punto. Pasó de ser una chava muy aislada y retraída, a conectarse poco a poco con las personas que quería. Tomó responsabilidad de su vida laboral, se puso metas, y creció... mucho. Claro que a veces tuvo dificultades, pero ponerse estas metas fue esencial para estar bien.
Además del análisis individual, también doy talleres preventivos a adolescentes, sobretodo de sexualidad. Siempre que estoy enseñándoles el tema de la concepción, me gusta detenerme y hacerlos conscientes del milagro que es la existencia de cada uno. Te lo digo a ti: ponte a pensar que eres una posibilidad prácticamente imposible. Sin embargo, aquí estás. Esto te da una responsabilidad enorme.
Por ejemplo: Malala, activista Pakistaní que ganó el Premio Nobel de la Paz cuando tenía 17 años. Ella creció en una comunidad tomada por el régimen Talibán donde la educación para las niñas y muchas cosas más, estaban prohibidas. Ella no se detuvo y denunció esta injusticia, por esto intentaron asesinarla mientras iba camino a la escuela. Despertó 10 días después en Inglaterra, donde le salvaron la vida y fue acogida junto con su familia. En ese momento tuvo dos opciones: vivir una vida tranquila y pasar desapercibida, o usar sus habilidades de comunicación y su pasión por la educación para lograr que TODAS las niñas tuvieran acceso a la educación. Este último fue el camino que eligió Malala.
Yo te invito a tomarte un rato para pensar, ¿cuál es tu camino?, ¿cómo TÚ quieres dirigir tu vida? Estoy convencida de que una persona que tiene claros sus talentos y piensa cómo desarrollarlos, es una persona empoderada.
Esta entrada fue publicada originalmente en el blog de Dalia Empower
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Acerca de la autora:
María Matouk imparte talleres preventivos para adolescentes y es psicoterapeuta de adolescentes y adultos. Tiene una maestría en estudios psicoanalíticos en University College London, maestría en consejería en Boston University, y es licenciada en psicología por la Universidad Iberoamericana. Actualmente está formándose como psicoanalista en la Asociación Psicoanalítica Mexicana. Es madre de tres niñas, y apasionada de potenciar a las personas a través de su auto conocimiento.
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