El perdón me libera de creencias, pensamientos, emociones y sentimientos que no me sirven y me ayuda a reencontrarme con mi felicidad.
Hace unos días estuve pensando acerca del perdón, después de que estuvimos hablando con mis hermanas sobre como algunas familias están separadas porque algunos miembros no son capaces de perdonarse ellos mismos ni a los demás miembros de la familia.
La mayoría de las personas creemos que es muy difícil perdonar, y si, es difícil si tú lo crees así. Algunas de las excusas para no perdonar son: 1) nos sentimos muy enojados con la persona que nos lastimó; 2) pensamos que nuestro ofensor no merece nuestro perdón; 3) queremos herir de la misma forma a quien nos lastimó; 4) la persona que nos lastimó necesita disculparse primero, y así podemos encontrar miles de excusas para no perdonar. Se requiere de un gran esfuerzo para perdonar y más aún cuando necesitamos perdonar a alguien que nos hizo daño, mucho daño, y afectó nuestra vida de una manera negativa. Pero si realmente queremos sanar nuestra vida y ser felices, perdonar es el primer paso. No podemos tener paz ni ser felices mientras sigamos cargando sentimientos negativos (no nos sirven o van en contra de lo que queremos).
La mayoría de nosotros cargamos odio, resentimiento, envidia, celos ó cualquier otro sentimiento negativo hacia las personas que nos hacen daño. El perdón es un regalo que te haces a ti mismo no a los demás. Cuando perdonas te limpias a ti mismo desde el fondo de tu corazón. Cuando perdonas quitas un gran peso de tus hombros y de todo tu ser. El perdón te libera de las cadenas del dolor y sufrimiento, te da alas para volar alto y disfrutar tu vida. El perdón permite que la energía fluya dentro de ti.
Perdonar significa “liberar la energía negativa (que no te sirve) que tienes dentro”. Esa energía está bloqueando todos los buenos pensamientos, sentimientos y emociones que deseas tener y sentir para tener la vida que deseas y mereces. Perdonar es retomar tu grandeza y poderes como ser humano.
Perdónate a tí mismo. Algunas veces somos muy severos al juzgarnos a nosotros mismos. Quizá te sientes culpable de algo que hiciste –ó que no hiciste. Queremos castigarnos a nosotros mismos y sólo nos causamos más dolor. Estamos asumiendo el papel de víctima y eso es adictivo. Deja de jugar el papel de víctima y empieza a sanar tu vida y buscar las cosas que te hacen feliz. Tú eres más feliz de lo que crees. Tú eres la persona más importante en el universo y mereces las mejores cosas de la vida. No hay razones para castigarte a ti mismo. Todos nos equivocamos y esa es la mejor forma de aprender. Aprende de tus errores y pide ayuda si crees que la necesitas. Protégete a ti mismo y sigue adelante.
Perdona a los demás. Si quieres perdonar a alguien que es importante para ti empieza por cambiar el concepto que tú tienes de esa persona y enfócate en encontrar lo bueno de ella (todos tenemos cosas buenas). Una buena opción es preguntarte qué aprendiste de esa situación con esta persona. Al cambiar tu enfoque podemos empezar a buscar la comunicación con esa persona de una manera más objetiva y menos emocional. La comunicación es muy importante en una relación. Se amable y tranquilo. No uses lenguaje amenazante. No trates de hacerle sentir culpable estás ahí para restablecer la relación no para empeorarla. Recuerda hablar en primera persona, es decir de lo que tú piensas y sientes ante esa situación. Si la otra persona no está abierta a hablar contigo y resolver la situación, no te sientas mal. Tú hiciste tu mejor esfuerzo y no te arrepientas. Qué pena por él/ella. Recuerda que no puedes cambiar a los demás pero si puedes cambiar tú mismo la forma en que te sientes. Lo más importante es que tú te sientas bien. Tú controlas la forma en que te sientes. De ti depende si lo que hacen o dicen los demás de lastima. Trata de remplazar la imagen negativa que tienes sobre algo o alguien por una imagen positiva… y perdona.
Otra cosa que puedes hacer: si la persona que te ofendió ya no está cerca de ti (o ya murió), escribe sobre tus sentimientos y emociones. Escribe una carta expresando tus sentimientos hacia ella y perdónala. Quema la carta o ponla en la basura. Ésta es una buena manera de dejar ir los sentimientos negativos. También puedes escribir otra carta -después de haber quemado la anterior- con la situación ideal que tú hubieras querido tener con esa persona. Hablar de eventos y sentimientos buenos, que te hacen sentir bien. Y esa carta la puedes guardar y leer cada vez que recuerdes a esa persona.
Ho’oponopono es otra forma de sanar tu vida y dejar ir las emociones negativas. Repite desde el fondo de tu corazón las palabras, “Lo siento. Por favor perdóname. Te amo. Gracias”. Con estas palabras estás enviando bendiciones y buenas vibras a ti mismo y a tu entorno. También puedes crear tus propias oraciones, meditar o visualizarte a ti mismo con la persona que quieres perdonar en una situación feliz.
Recuerda, el perdón no cambia las acciones, el comportamiento o las palabras de los demás, lo que cambia es TU vida. Tu misión más importante en este mundo es ser feliz. Haz más cosas que te hagan feliz; sonríe y ríe más. Encuentra una forma de divertirte con todo lo que haces. La vida es fácil cuando te das cuenta de que es fácil. Permite a la felicidad y a todos los sentimientos buenos entrar a tu vida. Ámate a ti mismo un poco más cada día. Deja ir todo lo que te está deteniendo para encontrarte contigo mismo y con tu ser superior.
Comprende que somos humanos y que cada persona es diferente. Tú decides cómo te sientes; no permitas que alguien más tenga el poder de controlar tu vida. Perdona y sana tu vida.
En el video en vivo hablo sobre este tema y te explico mucho más, te recomiendo ampliamente que lo escuches: El perdón
Abrazos y bendiciones,
Patricia Anaya
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