recetas para la vida Caerse es también crecer
¡Qué difícil y doloroso es para los padres ver tropezar a sus hijos! Sin embargo, por más duro que esto sea, es mejor que nuestros hijos sepan y aprendan a levantase por sí mismos. De lo contrario, los estamos privando de la posibilidad de crecer, y eso realmente es una tragedia.
Augusto es un hombre de 32 años de edad. Hace algunas semanas regresó a casa de sus padres después de haberse divorciado por segunda vez. Gran parte del conflicto con sus ex esposas era su falta de responsabilidad. Al parecer este es un patrón de conducta de Augusto que tiene una larga historia.
Sus padres son personas con muy buenas intenciones que siempre quisieron lo mejor para su hijo pero no se daban cuenta que frecuentemente lo sobreprotegían demasiado y lo privaban de la posibilidad de madurar y crecer. Cuando Augusto estaba en la escuela primaria y no hacía sus tareas escolares, su madre, Teresa, se las terminaba para que no tuviera un mal grado en la escuela. Cuando el niño se rehusaba a tomar su desayuno, su madre le empacaba comida para que se la llevara a la escuela y no tuviera que pasar hambre hasta la hora del almuerzo ya que el hambre afecta a la concentración en la clase
Cuando Augusto estaba en la escuela secundaria, su madre se sentaba a hacerle sus proyectos porque de no ser así, su hijo, que no mostraba ningún interés por la escuela, corría el riesgo de reprobar. Teresa temía que el reprobar podría afectar la autoestima de su hijo y empujarlo a buscar malas compañías.
Cuando un día la policía detuvo a Augusto por estar manejando bajo la influencia del alcohol, sus padres se apuraron a pagar la fianza para que lo dejaran libre; no podían soportar la idea que su hijo sufriera en la cárcel. Cuando Augusto abandonó la escuela y decidió que no quería trabajar, sus padres le daban un poco de dinero y le prestaban el auto para que él no se sintiera mal y no tomara un camino peor.
Si bien los padres no estaban contentos, tenían la esperanza que si le daban a su hijo apoyo y comprensión, Augusto superaría esa difícil etapa y regresaría al buen camino.
Ya han pasado varios años y hoy en día, Augusto, vive nuevamente en la casa de ellos. Transcurre la mayor parte de los días durmiendo hasta tarde y luego sale con sus amigos. Por las noches escucha música y mira televisión hasta altas horas. Sus padres se angustian porque no muestra ningún interés por asumir responsabilidades, buscar un trabajo o estudiar algo. Sin embargo, tampoco se animan a correrlo de la casa ya que ellos quieren a su hijo y no desean que él sufra.
Tienen la ilusión que el amor, que es un arma fuerte, pueda salvar a su hijo. Tienen tanto temor a que Augusto algún día, les reproche la falta de apoyo o que emprenda un camino equivocado, que lo privan de la oportunidad de aprender y crecer a través de su propia experiencia.
Recetas para la vida® www.recetasparalavida.com Alentar a los hijos a crecer
Ingredientes 1 cucharada de confianza 1 lata de experimentos y vivencias 1 taza de responsabilidad 1 manojo de estimulación 1 rebanada de consecuencias Condimentos: Cariño, buen ejemplo, valores Nota: Ama infinitamente a tus hijos pero no los sobreprotejas 1-Hay que otorgar a los hijos la oportunidad de que puedan crecer y ser independientes. Para criar hijos responsables y autosuficientes se les debe otorgar la oportunidad de experimentar, tropezar, asumir la responsabilidad por las consecuencias de sus actos y permitirles que se vuelvan a levantar por sí mismo. 2- Los hijos necesitan aprender a lidiar con la adversidad. Parte de la maduración consiste en aprender y poder rescatar lo positivo de una mala situación. Los padres deben enseñarles a minimizar las quejas, manejar la frustración y trabajar duramente para perseguir sus logros. 3- Para tener éxito hay que tomar riesgos. Tener una vida llena de sentido implica tomar riesgos, golpearse y volver a levantarse. No es la función de los padres el crear un mundo perfecto para los hijos sino darles las herramientas para que puedan manejarse en un mundo imperfecto. |
Comentarios
Gracias a ti!! espero poder compartir mucho mas recetas contigo!!
Hola Becky: Mucho gusto en conocerte! Que reflexiones tan acertadas nos compartes, Gracias
Me Permito subir una receta que creo nos puede servir mucho , sobretodo saber que no estamos solas y que si podemos educar y guiar, recuerda que la etapa de ser adolecente termina... relativamente pronto pero la relacionm de madre no termina nunca, asi que hay que ser firme como dice Lety y nunca bajar la guarda!!!
Recetas para la vida
La disciplina
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ingredientes:
I taza de límites claros
1 taza de ordenes supervisadas
2 cucharadas de autoridad
1 manojo de cariño
2 puños de valores
1 pizca de ejemplo
condimentos:
Palabras con sentido, conciencia y comprensión.
Nota del chef. El ejemplo y los buenos valores son esenciales para lograr una buena disciplina.
Modo de preparación:
La disciplina no es mandar o imponer autoridad, por lo contrario es una manera de enseñar a respetar, querer y educar con responsabilidad.
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Querer a los hijos es dejarlos crecer, es darles las herramientas para que ellos puedan hacer una buena vida, hacel las cosas por ellos es simplemente quitarles la oportunidad de ser... eso es una verdadera perdida para todos, gracias por todos sus comentarios ''
Es momento de hacer hijos responsables y exitosos si no tienene consecuencias de sus actos entonces como van ha aprender? si duele pero duele mas tener ninos falderos inutiles y berrinchudos!!! Saludos a todos y que tengan una buena semana!!!
Es muy fácil juzgar a los padres, porque vemos todo lo mal que nos hacen,
pero que tal cuando somos padres y somos incapaces de vernos y sobre todo de buscar orientación profesional, para no caer en la misma situación y en el mismo patrón de vida, recordemos que no podemos dar lo que no tenemos y mucho menos eseñar lo que no sabemos, por eso es importarte hacer algo para cambiar esos patrones de vida, cuando, cuando nos dé por juzgar algúnn hecho o actitud de nuestros padres, así cambiaremos destino de ser padres protectores, no es cambiar a los padres, sino cambiar nosotros como hijos.