En un discurso pronunciado en el apogeo de la Guerra Civil de los Estados Unidos, Abraham Lincoln se refirió a los sureños como a hermanos que iban por el camino equivocado, a lo cual, una señora mayor lo reprendió por no calificarlos de acérrimos enemigos a quienes se debían destruir. “Pero señora –replicó Lincoln -, ¿acaso no destruyo a mis enemigos a convertirlos en mis amigos?”.
Es natural querer emplear a los amigos cuando uno se encuentra en apuros. El mundo es un lugar duro y los amigos suavizan esa crudeza. Además, uno los conoce bien, ¿porqué depender de un extraño cuando se tiene a mano un amigo?
El problema es que, a menudo, no se conoce a los amigos también como uno cree. Los amigos suelen coincidir con nosotros a fin de evitar discusiones. Entre amigos solemos disimular los rasgos desagradables, para evitar molestar u ofender, son los amigos los que festejan hasta nuestros chistes pésimos, les encanta, tal vez, nuestra poesía, amamos la misma música, y “de esa llamada tontamente envidia de la buena” por el buen gusto de nuestra vestimenta; quizá sean sinceros… pero con frecuencia no lo son.
Cuando decides darle la bienvenida a “un amigo”, poco a poco vas descubriendo facetas que esa persona mantenía cuidadosamente oculta. Lo extraño es que su acto de generosidad hacia los amigos “desestabiliza la relación”. Cuando decidimos tener un amigo parece que ambas partes estamos “de suerte”, ya que este amigo podrá hacer el favor de lo que tal vez nos molesta, aquí es donde empezamos con una relación mentirosa y, seguramente fracturada, ese amigo fue seleccionado para cubrir nuestra necesidades “no lo elegimos por sus méritos” así es, la honestidad y el amor incondicional hacia esa persona es mentira.
Por el ejemplo, en el acto de “contratar a un amigo” casi siempre hay un ligero toque de condescendencia, que seguramente, molesta…mmmm… y eso que estamos iniciando la “amistad”, esa molestia se irá manifestando en forma paulatina: un poco más de sinceridad, un toque de resentimiento o envidia cada tanto y, antes de que puedas darte cuenta, la amistad comenzará a diluirse de modo irremediable. Cuanto más favores y obsequios ofrezcas para reavivar la amistad, “menos gratitud cosecharás”.
La Ingratitud tiene una historia larga y profunda, su poder ha quedado demostrado a través de tantos siglos, que resulta en verdad sorprendente que la gente siga subestimando a la ingratitud. Es mucho mejor ser desconfiado, nunca esperes gratitud de un amigo, verás gratamente sorprendido cuando este se muestre agradecido.
El problema de emplear a un amigo es que esa amistad limitará en forma inevitable tu poder. Rara vez ocurre que el amigo sea a la vez todo lo capaz que tú necesitas y, a la larga, la capacidad y la competencia son mucho más importantes que los sentimientos de amistad.
En las relaciones laborales nos exigimos una cierta distancia entre la gente que participa cerca de nosotros, “estamos tratando de trabajar, no de hacer amigos”, la amistad verdadera o falsa enturbia en hecho de concentrarnos efectiva y eficientemente. Por lo tanto, la clave del poder se basa en la capacidad de evaluar quién es la persona más capaz para apoyar tus intereses en toda situación. Conserva a tus amigos para vivir una relación de amistad, pero trabaja con los más capaces y competentes, es decir, si intentas en el trabajo buscar amistades antes de demostrar tus capacidades estarás relacionándote con personas poco competitivas y poderosas, afuera del trabajo las amistades, dentro del trabajo: ENFÓCATE Y ALIATE CON PERSONAS CON LIDERAZGO EMOCIONAL Y PROFESIONAL.
Nuestros enemigos constituyen una mina de oro virgen “que debes aprender a explotar”. Lo que he aprendido en mi vida es que los enemigos nos quitan “lo perezoso”, ya que un enemigo nos está constantemente pisando los talones y hace que se nos agudice el ingenio, nos mantienen despiertos y atentos. Por eso, a veces, es mejor usar a los enemigos como enemigos, en lugar de transformarlos en amigos o aliados, esa estrategia de amigo-aliado definitivamente no sirve, estarás permitiendo que te destruya dentro de tu área, recuerda, es mejor que continúes solo. Ese alguien que antes intento destruirte, que desea apoyarte y le permites la entrada a tu vida, podrías estar equivocada, te advierto que esa estrategia no sirve, no servirá jamás, espero lo entiendas, porque soy experta en conocer ambos bandos, seguramente tú también, por tal motivo la experiencia pasada y actual nos permiten estar alertas.
Nunca permitas que la presencia de tus enemigos te altere o te atemorice, es mucho mejor tener contrincantes declarados que no saber por dónde acecha el enemigo. Si quieres ser mujer de poder da la bienvenida al conflicto y utiliza a los enemigos para enfatizar tu reputación como un luchadora firme, a quien se puede confiar en tiempos de incertidumbre.
“Amigos o enemigos, quien de ellos disfruta más tu derrota”, esa respuesta tú mejor que nadie la sabe, lo que sí es bien cierto es que jamás debes de bajar la guardia ante ninguno de los dos. Debes de estar atenta a cualquier señal de conflicto emocional, como por ejemplo, la envidia o la ingratitud. En el ámbito del poder nada es estable, y hasta el amigo más íntimo puede convertirse en el peor de los enemigos.
“Es así como, por mi parte, me he visto decepcionado más de una vez por la persona que más quería y en cuyo amor confiaba por sobre el de todos los demás. Por lo tanto, creo que está bien amar y servir a una persona por encima de todas las demás, de acuerdo con su mérito y valor, pero nunca hay que confiar tanto en la tentadora trampa de la amistad como para luego tener motivos para arrepentirse” Baltasar Castiglione 1478-1529
Recuerda, Tú tienes el Control, Tú eres lo más importante. Que Dios te bendiga, nos vemos el próximo martes. Gracias.
Comentarios