Imagen de la campaña de WOMERANG
Hoy, 18 de septiembre, en el Día Internacional de la Igualdad Salarial, México tiene frente a sí una oportunidad de reflexionar sobre cifras claras y tomar acciones contundentes. Datos recientes de la ENIGH 2024 revelan que la brecha salarial entre hombres y mujeres es de aproximadamente 34 %: los hombres ganan en promedio $12,016 pesos mensuales, mientras que las mujeres apenas alcanzan los $7,905 pesos. Eso quiere decir que por cada peso que gana un hombre, una mujer cobra sólo 66 centavos.
Estas diferencias no son sólo un asunto de salarios promedio: la desigualdad se extiende a lo largo de niveles educativos, edades, sectores e incluso estados. Por ejemplo, quienes tienen posgrado completo (o incluso parcialmente completado) muestran disparidades muy marcadas, con diferencias de miles de pesos al trimestre, según publicó Expansión. Además, en el sector informal, donde muchas mujeres trabajan, la brecha puede llegar hasta un 20 % cuando se compara con sus homólogos varones en condiciones parecidas, según publicó AMEXI.
¿Por qué persiste esta brecha? Entre las causas fundamentales están los roles tradicionales de género, sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que suelen recaer sobre las mujeres, y penalizaciones asociadas con la maternidad. También importan los prejuicios implícitos, la menor representación de mujeres en puestos de mayor responsabilidad, y la oferta de trabajos menos valorizados. Según Infobae, la mitad de las mujeres nunca alcanzará la independencia económica.
Las empresas tienen un papel vital para cerrar esta brecha. Aquí algunos consejos prácticos que pueden implementar:
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Auditorías salariales internas: revisar los salarios por género en puestos equivalentes para detectar diferencias injustificadas.
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Establecer políticas de transparencia salarial: definir rangos de salario para cada puesto y hacerlos visibles para todas las personas de la organización.
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Flexibilidad laboral y políticas de permisos parentales que permitan equilibrar responsabilidades de cuidado, reduciendo la penalización que sufre quien cuida.
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Capacitación y sensibilización sobre sesgos de género para mandos y personal de RRHH, para que al contratar, promover o asignar tareas, se consideren criterios objetivos y equitativos.
Finalmente, es clave que el Estado, la sociedad civil y el sector privado colaboren para legislar y supervisar el cumplimiento de normas de igualdad salarial. Que existan sanciones reales allí donde se discrimine, incentivos para las empresas que avancen de forma efectiva, y mecanismos de seguimiento público. La igualdad salarial no es sólo un ideal ético, sino un ingrediente esencial para el crecimiento económico sostenible, la justicia social y el desarrollo pleno de todos.
No hay un número exacto ni garantía de cuánto tiempo tomará cerrar completamente la brecha salarial entre hombres y mujeres, pero sí hay estimaciones basadas en el ritmo actual de progreso que dan una idea de lo que implicaría. Aquí te va un resumen con los datos más recientes y lo que implican:
Estimaciones globales
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Según el Global Gender Gap Report 2025 del Foro Económico Mundial, al ritmo de avance actual se necesitan 123 años para alcanzar la paridad total entre hombres y mujeres en los países incluidos en ese índice.
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En cuanto a la participación económica y oportunidades laborales, un rubro clave para la igualdad salarial, ese mismo reporte estima que podrían faltar unos 135 años para cerrar esa brecha específica.
Estimación para México
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En México, un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) calculó que podrían hacer falta cerca de 119 años para erradicar la brecha entre hombres y mujeres si no se implementan cambios estructurales fuertes.
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Otra fuente, McKinsey, también sugiere que la igualdad en ingresos a nivel general puede tardar alrededor de 100 años en México si seguimos con las tendencias actuales.
Estas cifras pueden sonar alarmantes, pero hay que verlas como un llamado de atención más que como inevitables. Están basadas en:
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Que muchas cosas continúen igual: políticas, actitudes y prácticas laborales sin cambios estructurales contundentes.
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Que no hayan shocks económicos, sociales o tecnológicos que aceleren o ralenticen el avance.
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Que los sesgos culturales, roles de género, responsabilidades de cuidado y barreras institucionales sigan operando sin intervención eficaz.
Qué cambiar para acelerar ese plazo
Para que no pasen 100+ años hasta que haya igualdad, estos son algunos pasos clave:
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Políticas articuladas de transparencia salarial y auditorías constantes de género.
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Legislación que iguale permisos parentales, garantice el cuidado accesible, y reduzca la penalización de la maternidad.
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Promover la mujer en puestos de decisión y técnicas que reconozcan y premien el talento sin sesgos de género.
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Campañas culturales y educativas que modifiquen creencias, expectativas y roles tradicionales de género.
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