Foto tomada del artículo del Gobierno de México del 64 aniversario del voto.
No hay duda de que en México, hay un antes y un después del 17 de Octubre de 1953. Una fecha que no podemos ni debemos olvidar, porque ese día finalmente logramos el reconocimiento oficial de nuestro derecho a votar y ser votadas.
Un paso trascendente en nuestra lucha hacia la equidad, aunque no el definitivo, porque tuvieron que pasar dos décadas más, antes de que la mujer comenzara a ejercer este derecho de manera habitual. Si el Presidente Adolfo Ruiz Cortines cumplió su promesa de campaña de otorgar el voto a la mujer, fueron los hombres, jefes de familia, quienes entonces obstaculizaron este ejercicio, impidiendo que sus esposas, hijas o hermanas, acudieran a las urnas. Sin embargo, en los años setentas, se fortaleció la necesidad de trabajar a favor de la igualdad, y a partir de entonces, las mujeres hemos caminado de generación en generación, defendiendo nuestros derechos y buscando la manera de ocupar el lugar que nos corresponde.
Tuvieron que pasar 26 años a partir de que se reconociera el sufragio de la mujer, para que en 1979 México tuviera a la primera gobernadora estatal (de Colima), Griselda Álvarez.
Ahora, en pleno Siglo 21, no podemos fallarle a todas esas mujeres que en su momento se arriesgaron y dedicaron su vida para mejorar nuestra condición. Mujeres como Laureana Wright González, fundadora en 1884 de la revista femenina: Violetas del Anáhuac, en cuyas páginas demandó el sufragio femenino. Mujeres valientes y decididas como las que integraron el Primer Congreso Feminista, el 13 de Enero de 1916, demandando entre muchos otros acuerdos, el voto ciudadano de nuestro género. Mujeres como Elvia Carrillo Puerto, quien se convirtió el 18 de Noviembre de 1923, en la primera mexicana electa diputada al Congreso Local, por el quinto Distrito de Yucatán, o como la Dra. Esther Chapa, una de las primeras catedráticas universitarias de los años treintas, quien luchó siempre por los derechos de la mujer.
¡No les podemos fallar!. Por eso hoy, a 70 años de conseguir el voto femenino, tenemos que sembrar en cada mujer la motivación para seguir adelante, y la convicción de que no hay obstáculo, por más grande que parezca, que no podamos vencer. Unidas hacemos la diferencia. VOTEMOS ESTE 2 DE JUNIO Y LLEVEMOS A NUESTRAS FAMILIAS. La participación ciudadana es un derecho y una obligación.
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