UN MENSAJE ESPECIAL

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Este es un mensaje especial para estas fechas que se tratan de fechas controvertidas porque para muchos son fechas de mucha alegría, de reencuentro familiar, pero son también para otras personas, días de pensamientos, de reflexiones acerca de determinados episodios vividos. Y… uno se pregunta cómo debo vivir estas llamadas “fiestas tradicionales”. 

Más allá de lo que uno aprecia como consumismo y como esa compra desenfrenada de regalos y de alimentos para las reuniones familiares, estas fechas deberían ser especialmente, días de reflexión personal. Deberíamos estar haciendo un balance pero no solamente de cómo nos fue en el año, no solamente de los logros, de los éxitos o de los fracasos que podemos haber cosechado a lo largo de estos doce meses que componen el año que se termina, sino cómo hemos estado nosotros como personas, cuán solidarios hemos sido con aquel que nos podía necesitar, qué cerca estuvimos de aquellas personas que necesitaban ser contenidas. ¿Cuántas veces pensamos en la enorme cantidad de personas que no están en condiciones de poder disfrutar plenamente de estas fechas? Frente a ese desenfreno que uno ve en las calles, en las rutas, en el modo de conducir, en el modo de comprar, hay también una enorme cantidad de personas que no tienen acceso a esto. Y no me estoy refiriendo solamente al Uruguay. ¿Cuántas personas en el mundo no tienen lo mínimo para poder subsistir con dignidad? Y estas fechas justamente, nos deberían tornar más sensibles, más permeables y más cercanos a esa reflexión sobre qué es lo que esperamos de nosotros mismos para el año que se inicia. Porque no es solamente  levantar la copa y decir: salud, prosperidad, amor, paz, felicidad, sino que tenemos que sentir que vamos a ir tras esos deseos que estamos expresando, qué es lo que nosotros queremos para nuestra vida en el año que se inicia. Porque eso que nosotros queremos no vendrá por arte de magia sino que vendrá como consecuencia de las actitudes y de las decisiones que podemos tomar a lo largo de los doce meses del año. Por eso es que son tan importantes estas fechas.

¿Qué hemos hecho este año? ¿Cómo hacemos el balance personal? ¿Terminamos siendo mejores personas de lo que iniciamos el año? ¿Es eso importante para ti? ¿Alguna vez te lo has preguntado? Bueno, si no lo has hecho éste es el momento de comenzar a hacerse esa pregunta, porque mejorar algunas aristas de nuestra personalidad,  es realmente una tarea enriquecedora,  una tarea que dará sus resultados de aquí a un cierto tiempo y que nos hará sentir mucho mejor con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

Este es un balance del alma, este es un balance espiritual, este es un balance de sentimientos y de pensamientos con respecto a nosotros mismos y con respecto a quienes nos rodean. Y FELIZ  aquel que pueda sacar de ese balance una SONRISA  porque realmente estuvo al lado de quien lo necesitaba, porque supo y pudo extender su mano. YO CREO QUE ESO ES LO IMPORTANTE DE LA VIDA.  Todo lo demás es totalmente accesorio, totalmente superfluo. Por eso es que mirarse en el espejo del alma, que es lo que deberíamos hacer en estas fechas, es hacerse todas estas preguntas.

Y también brindarnos un espacio para nosotros mismos y preguntarnos qué es lo que necesitamos para sentirnos bien. Qué cosas deberíamos cambiar o a qué cosas deberíamos acceder para poder sentirnos mejor con la vida. Porque me atrevería a decir que muchas de las personas, que tanto tú como yo hemos visto, cargados y cargados de paquetes y de compras,  no tienen ni una paz interior ni una armonía necesaria o suficiente como para poder justamente iniciar este balance espiritual. Quienes ya hemos recorrido buena parte de la vida, quienes ya hemos extraído de la experiencia que significa el contacto con miles y miles de personas a través de los años, nos damos cuenta de que más allá del bullicio, más allá de la reunión, tiene que haber también un espacio de meditación, un espacio de reflexión, un espacio de encuentro con uno mismo, ese encuentro que nadie puede hacer por nosotros y que es nuestra obligación buscarlo como para poder realizarlo. Poder realizarlo y avanzar en él. Poder realizarlo y profundizar en nuestros pensamientos, en nuestras necesidades, en nuestros deseos y en qué es lo que nosotros pretendemos para el año que se inicia. Y qué estamos dispuestos a hacer, qué compromiso estamos dispuestos a asumir con nosotros mismos para poder ser un poquito mejores.

Como seres humanos todos tenemos el derecho de equivocarnos pero eso no quita que podamos enmendar el camino, que podamos darnos cuenta que tenemos que recorrer caminos alternativos para alcanzar ese bienestar emocional que se va a traducir  también en un bienestar físico.

 Y el balance no puede terminar solamente en nuestras acciones sino que tenemos que mirar también nuestro cuerpo físico, en qué estado llega a estas fechas, qué impacto ha tenido el stress de la vida cotidiana en estos doce meses sobre nuestra integridad.  Y estoy seguro que no es poca cosa el analizar esto, porque seguramente el ritmo trepidante de vida que llevamos, culmina con alteraciones que al principio pasan desapercibidas pero que luego se instalan,  con todo su peso, en el funcionamiento de nuestros órganos y de nuestros sistemas.

¡Cuánto trabajo tenemos por delante!  Cuántas cosas tenemos para hacer como seres humanos, frente a nosotros mismos y frente a aquellas personas con las cuales convivimos y compartimos esta maravillosa experiencia que significa vivir.

¿Y cuál ha sido nuestra actitud frente a lo que sucede, no solamente en nuestro país sino en el mundo?  Yo creo que la suma de las actitudes de cada uno de los seres humanos que pueblan la Tierra, son  justamente las que pueden modificar el presente y el futuro de la vida.

Dr. Walter Dresel

wdresel@adinet.com.uy

www.exitopersonal.org

www.walterdresel.blogspot.com           

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