Si algo quedó claro el domingo y el lunes es la fuerza que tenemos las mujeres. TODAS JUNTAS. Compartimos un piso común que se funda en reclamos incuestionables: alto a la violencia, alto a la impunidad, igualdad de género, respeto al cuerpo de las mujeres.
En última instancia estamos de acuerdo en enfrentar las "pedagogías de la crueldad" (tal como las llama Rita Segato) sobre las que se basa el patriarcado. Frente a esto nuestra estrategia es construir redes de sororidad, de apoyo, de diálogo.
Estamos creando un nuevo modo de hacer política. Desde abajo. Si bien no somos todas iguales ni pensamos de igual forma ni tenemos las mismas opiniones y creencias, debemos defender ese piso común y esa sororidad antes que nada. Estamos juntas en esta lucha. Luego podremos dirimir las diferencias, pero no perdamos ahora esta fuerza y esta presencia recién ganadas. No empecemos con descalificaciones.
Yo sumo también a las jóvenes del feminismo radical, cuyas experiencias no conocemos pero imaginamos atroces. Sumo a las trans. No restemos. Es momento de sumar. Los datos de la violencia contra las mujeres son aterradores. Sigamos construyendo redes sororas; espacios de reflexión, de discusión, de creación. Ésa es para mí la gran maravilla de lo que mostramos el domingo y el lunes. Y ésa es mi postura: incluir, escuchar, aprender, tratar de entender.
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