Quizás estés en este momento atravesando por una situación de dudas en tu vida, quizás estés planificando un año diferente al que has vivido hasta ahora y para eso tenemos que analizar, en forma relajada y abierta, sin prisas, sin acosarnos para tratar de obtener inmediatamente un resultado y estableciendo un clima de confianza en esta reflexión, de la misma manera en que uno puede compartir sus problemas y sus reflexiones con un amigo de toda la vida, abiertamente y con total confianza.
Y… cuando un ser humano atraviesa por una situación crítica, estamos acostumbrados a empezar a repasar la historia del pasado de esa persona para poder encontrar causas que justifiquen el haber llegado a la situación que hoy, por distintas circunstancias, tú puedes estar viviendo.
Pero hace ya hace unos cuantos años, apareció una corriente de la psicología, que se llama PSICOLOGIA POSITIVA , que me parece que realmente es extremadamente útil para estas situaciones críticas o de dudas en la vida donde tenemos que tomar decisiones u optar por determinados caminos para nuestro futuro.
Y esta psicología positiva, se basa en realzar justamente los aspectos positivos que ese hombre o esa mujer tienen y han tenido en su vida que le han llevado a éxitos y a triunfos y que han pasado quizás desapercibidos, en el manto de situaciones críticas de fracasos o de sentimientos de pérdidas que también puede haber tenido a lo largo de la vida.
Entonces, el rescate de esos episodios positivos, no solamente fortalece extremadamente la autoestima de esa persona, en este caso de ti, aumentando la confianza y el respeto por ti mismo, sino que va a ser el trampolín en el cual nos vamos a apoyar para dar el salto para ese cambio, o para esa decisión, o para poner en práctica el proyecto que nos va a conducir a las metas o los objetivos que nos hemos propuesto.
Y… creemos siempre que no tenemos o que tenemos muy pocas aristas positivas en la historia de nuestra vida. Parece como que nosotros corriéramos un pesado cortinado delante de nuestros ojos, para no ver aquellas cosas que sí hicimos bien, aquellos logros que son o que han sido fruto exclusivo de nuestro esfuerzo, de nuestro denodado esfuerzo por tratar de llegar a aquello que nosotros queríamos y hacemos especial énfasis sobre todo en las cosas recientes, en los problemas circunstanciales pero que están muy cerca nuestro, que nos golpean muy de cerca y que no nos dejan admirar ni visualizar con claridad aquello que hemos hecho bien y que va a fortalecer nuestra personalidad.
Lo cierto es que cualquiera que sea tu situación en este momento, ya sea que el error, o la causa, o el fracaso, o la desazón, o la frustración, tenga que ver con una actitud tuya, por acción o por omisión, o que tú seas la víctima por ejemplo de una manipulación o de una situación que aparece como una crisis intempestiva en tu vida, u otra situación que quizás haya estado escondida durante mucho tiempo y que hoy aparece en la superficie y en la pantalla de tu mente, sólo hay tres caminos que tú tienes para elegir: - uno es cerrar los ojos y no ver la realidad. Es decir, ignorar lo que nos está sucediendo y esperar a que la situación desaparezca
- una segunda situación es reconocer que estoy frente a un problema, pero tampoco hacer nada. Intentar vivir con el problema. Aceptar que no tengo las herramientas para resolver el conflicto y entonces convivo con él, que es algo así como convivir con el enemigo.
- y una tercera postura que quizás hoy para ti sea la más difícil de todas, es buscar cuáles son los beneficios que están ocultos en el núcleo central del problema y que tú los puedas utilizar en tu propio beneficio.
Y yo creo que éste es el punto central sobre el cual tenemos que detenernos. Porque aquí aparece un enfoque sistemático y un cambio en la forma de analizar cualquier problema, de manera que en lugar de convertirse en un desgaste de energía inútil, se convierta en esa fuerza positiva que te lleve de la mano a tu transformación y a tu crecimiento personal. Y… no hay curas instantáneas, no hay curas mágicas, todo lo contrario; es necesario realizar un proceso de análisis profundo acerca de tus actitudes, de tu manera de pensar, de tus sentimientos relacionados con el problema en cuestión. Lo importante es que tú logres ver cuál es el mensaje que el problema te está trayendo. Quizás el mensaje es que tú tienes derecho a vivir de un modo diferente, que tú tienes derecho a acceder a metas y objetivos distintos en tu vida, que ya cumpliste con todas las “obligaciones” a las cuales tú quizás voluntariamente te sometiste, pero que hoy hay un nuevo amanecer en tu vida y que tú puedes elegir el modo en que lo quieres vivir
Evadirnos no tiene ninguna utilidad, sino que todo lo contrario, a esa problemática hay que intentar darle la bienvenida, teniendo cuidado de ser conscientes de la forma en que nos impacta en los sentimientos, en los pensamientos y en las actitudes, porque allí es donde el problema se transforma en un obstáculo en tu camino. El problema es uno, objetivo. Ahora cómo lo sentimos, cómo lo pensamos y qué actitud tomamos frente a ese problema es lo que va a definir cuál va a ser el futuro tuyo frente a esa situación.
Y… las vivencias que cada ser humano tiene son patrimonio exclusivo. Y esto te hace recordar que eres un ser único e irrepetible y que ninguna persona, ni suceso, ni crisis, te puede quitar esa cualidad única e irrepetible. Pero tú sí puedes modificar tu manera de pensar y tu manera de sentir. Por muy amenazado, por muy lastimado que te sientas, eres una persona de infinita profundidad y de infinito valor.
Y no olvides que cada ser humano tiene una misión en la vida para cumplir y en este caso esa misión tuya te ha sido asignada solamente a ti. Entonces el manejo apropiado de tu problema puede tener el efecto de orientarte con más precisión hacia la dirección correcta.
Dr. Walter Dresel
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