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En el libro La Enseñanza de Buda que me encontré en un hotel de Corea decía: “Aquél que está influenciado por sus gustos y disgustos no puede entender el significado de las circunstancias y tiende a desesperarse ante ellas. Aquél que está desapegado entiende perfectamente las circunstancias y para él todas las cosas son nuevas y significativas”.

Más adelante decia: “La felicidad sigue a la tristeza. La tristeza sigue a la felicidad, pero cuando uno ya no discrimina entre la felicidad y la tristeza, lo bueno y lo malo, uno es capaz de liberarse”.

Nada es lo que realmente parece. El intelecto no puede saber. Su conocimiento es limitado. Sin embargo, hay una parte nuestra que sí sabe.

¿Qué parte estas escuchando? ¿Dónde estás buscando esa felicidad, paz y abundancia que tanto deseas?

Este mes en la clase mensual, veremos si podemos encontrar ese tesoro escondido. ¿Dónde? ¡Adentro tuyo!