El secreto para vivir una vida plena radica en ajustar nuestro "lente interno" y aprender a agradecer lo que somos.
A menudo, nos metemos en un enredo al compararnos con lo que vemos en los demás. Esta constante comparación nos lleva a nunca estar satisfechos con quienes somos realmente. Nos sumergimos en un conflicto interno, creyendo que deberíamos estar en otro lugar, siendo otra persona, poseyendo lo que otros tienen.
El dilema surge cuando pensamos que nuestra vida recobra valor cuando tenemos lo que queremos y cuando medimos nuestro éxito por títulos, fama y dinero, a pesar de que sabemos que estos no representan la verdadera felicidad. Esto nos deja con la sensación de que nuestra vida es complicada y que nos falta algo para alcanzar la ansiada buena vida.
La realidad que no siempre es fácil reconocer: Una vida plena es complicada, desordenada y, sí, ¡incluso divertida! Aunque enfrentemos dolor, pérdidas y angustias.
Una buena vida rara vez es fácil y cómoda. La magia radica en cómo enfrentamos, superamos o transformamos las adversidades. La clave está en comprender que no necesitamos compararnos con la imagen externa de los demás, sino ajustar nuestra perspectiva interna.
Comparar constantemente a la persona que llevamos dentro con las personas que vemos fuera es un verdadero problema, ya que nunca estaremos satisfechos con lo que somos. Vivimos en un conflicto donde sentimos que, a pesar de estar aquí y ser lo que somos, creemos que deberíamos estar allá y tener lo que otros tienen.
La realidad es que no estamos solos en este viaje. Tenemos la fortuna de compartir la vida con las personas que nos rodean, y muchas de ellas nos quieren y valoran. Construimos nuestra buena vida día a día, a través de detalles que pasan desapercibidos. Esto incluye aceptar que habrá disturbios, momentos de calma, pesares, luchas, logros, caídas, triunfos, fracasos y todo lo demás.
Los dos valores fundamentales para tener una buena vida son:
Tener alguien con quien compartir y testimoniar los momentos que se viven.
Tener gratitud y poder reconocer lo que se tiene para valorarlo y cuidarlo.
Las relaciones personales positivas son básicas para vivir en plenitud, ya que es muy difícil tener una buena vida sin tener con quién compartirla. Igualmente, es necesario tener la capacidad para reconocer la buena vida y poder agradecer.
La cuestión central para tener una buena vida radica principalmente en reconocer que la vida personal es valiosa, única e irremplazable, a pesar de los intentos de minimizar estos principios por parte de la sociedad que busca globalizar a los individuos.
Cada uno es un ser valioso, a pesar de las múltiples razones que confunden el verdadero valor humano. La persona que desea tener una buena vida deberá reconocerse a sí misma como una persona valiosa, única, digna de ser cuidada, con el compromiso de ser sensible, servicial y atenta a las necesidades de los demás.
También es importante reconocer que no son los principios políticos, ni el valor monetario, y mucho menos los valores sociales llenos de vanidad, lo que uno debe cuidar y valorar para poder disfrutar de una buena vida.
En última instancia, recordemos que la verdadera riqueza de una buena vida radica en la conexión humana, la gratitud sincera y la apreciación de lo invaluable. En este viaje, valorarnos a nosotros mismos y a quienes nos rodean, porque, al fin y al cabo, una vida plena es aquella que se construye con amor, comprensión y la simple belleza de ser.
La receta
Ingredientes:
Cuidado y protección:seguridad emocional y bienestar para un mejor desarrollo personal.
Conexión:creación de relaciones significativas, tejido emocional que fortalece la calidad de vida.
Sentido de la vida: dirección y propósito,guiando las elecciones y acciones.
Gratitud:apreciación por lo que se tiene, generando una perspectiva positiva.
Curiosidad y atención: exploración personal y del entorno, fomentando el crecimiento,
Afirmación personal para tener una buena vida.
"Reconozco mi valor como persona. Tengo la determinación para nutrir y crear relaciones significativas. Mi bienestar emocional es mi prioridad. Busco el propósito de mi vida en cada paso que doy. Quiero y busco tener una buena vida, Desarrollo la capacidad de apreciar lo que tengo. Cultivo mi gratitud y mantengo una actitud positiva frente a los desafíos que me llegan. Exploro con curiosidad y atención los caminos de mi jornada. Aprendo y crezco en este fascinante viaje llamado mi vida."
Que se requiere para lograr una buena vida
1. Para tener una buena vida, es fundamental desearla genuinamente. No se trata de un logro mágico, sino de un esfuerzo constante, día tras día, lleno de determinación y entrega.
2. Una relación sana y satisfactoria actúa como un escudo emocional, protegiendo la fragilidad humana frente a las adversidades de la vida. Estas conexiones cálidas y conscientes facilitan la recuperación ante los embates, incluso cuando los problemas se manifiestan en toda su intensidad.
3. La calidad de una buena vida no radica en su perfección ni en la ausencia de problemas. Más bien, es una existencia compleja, complicada y desordenada que se enriquece al tener un propósito claro y una razón para vivir.
"Una buena vida no se busca en la perfección, sino en la complejidad enriquecedora de cada día.”*Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2023 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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