No es lo mismo criticar, que ser una persona crítica. Criticar, generalmente, equivale a emitir juicios negativos acerca de algo o de alguien.
¿Practicas la crítica constructiva? Tendrías que preguntarte primero si las personas solicitan tu opinión cuando hablas de lo que apruebas o desapruebas. Es tan común la crítica destructiva, que si pudiéramos escuchar las charlas que los amigos, familiares, grupos de trabajo…sostienen en cualquier restaurante o cafetería, nos daríamos cuenta de que un gran porcentaje de lo que se dice, está dirigido a criticar, sí, criticar con intención de dañar o destruir. Siempre es más fácil ver “la paja en el ojo ajeno…” que voltear la mirada hacia nuestro ser y nuestro actuar.
¿Has convertido la crítica en un gran placer? Es porque, tal vez, te da la oportunidad de crear una vida de fantasía a través de los errores de otros: “Pedro no debió de reaccionar así, lo que yo hubiera hecho es…”; “¡Cómo se le ocurre a Esther vestirse de esa manera! (yo jamás lo haría); “¿Te diste cuenta cómo le respondió Alfonso a su jefe? ¡Qué falta de respeto!”; es decir, que criticar te coloca en el rol del “perfecto”, estando absolutamente seguro de cómo ser, qué hacer, de qué manera hablar, en qué forma reaccionar, para que todo sea armonioso, preciso, bello, y para que tu ego se infle como un globo al pensar en lo superior que eres frente al que destrozas con tus palabras. ¿Consideras que es una actividad inocente, porque, finalmente el criticado no se entera? Eso supones, pero bien dicen que “el mundo es un pañuelo” y el veneno puede llegar a oídos del afectado, a su familia, a su entorno laboral, a su grupo de amigos y eso ha llegado a cambiar la vida de quien ha sido víctima de juicios que no son, en lo absoluto, constructivos.
Recuerda un dicho popular que reza: “Lo que te choca, te checa” y que corresponde en psicología a “proyectarse” en el otro. Lo que ves en esa persona, que tanto te molesta, es lo que hay en ti, en mayor o menor grado, o lo que quisieras que hubiera (así sea a nivel subconsciente), aunque aparentemente te disguste.
Lo preocupante es que, en la medida en que más criticas, tu autoestima estará más baja. La crítica es un mecanismo de defensa o una muestra de inseguridad a través del cual descalificas a una persona que, por alguna razón, luce amenazante ante ti.
¿Cómo transformarte en una persona crítica, en lugar de ser un criticón?
- Lo primero es reflexionar en el sentimiento que te produce la crítica. Es necesario preguntarte qué te hace rechazar a esa persona y porqué insistes en ver en ella sólo lo negativo, además, analiza porqué ciertas características de la personalidad de ese otro te parecen negativas; es muy probable que estés siendo absolutamente subjetivo.
- Piensa también, si el ambiente en el que se dan esas críticas es favorable para ello, es decir que, probablemente, el medio en el que te encuentras laborando, estudiando o compartiendo en familia, es tóxico, porque prevalece la crítica destructiva por encima de cualquier otro tema de conversación y suele ser contagioso. En la teoría metafísica, involucrarte en esas conversaciones degrada tu carga energética y eres “blanco fácil” para que ocurran eventos negativos en tu vida, ya que tu pensamiento se centra justamente en ello.
- Busca un pensamiento “ancla” que te lleve a otro tema de conversación, cuando la balanza se esté inclinando a “acabar con la reputación” de alguna persona, que, por supuesto, no está presente en ese momento.
- Emite juicios sólo cuando se solicite tu opinión y, si éstos no fueran favorables, presenta argumentos sólidos y brinda alternativas de mejora.
- Cuida tu lenguaje y recuerda lo que afirma Miguel Ruíz en su libro de Los Cuatro Acuerdos: tu lenguaje habrá de ser impecable, porque, de lo que está llena tu boca, estará lleno tu corazón.
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