Todos tenemos un juez interior y hoy te quiero platicar sobre ese juez que está tras tu diálogo interno y de cómo te ha influenciado en este año que ya está terminando.
Ese juez siempre está presente. Te juzga, te critica y no te deja en paz. Al juez, cuando no le gusta algo que hiciste, reacciona de una manera que te daña.
Cuando dices “qué tonto”, “qué estúpido” no solo piensas que te equivocaste, sino te frustras. No dices tan sencillo: “Me equivoqué”, ¡entonces tu autoestima se lastima!
¿Por qué sucede así? Verás, cuando te equivocas hay una descarga de enojo y frustración, lo cual va fracturando tu autoestima, porque seguramente, cuando pasa eso, te dices frases como: “Ay, qué tonto, ¿por qué hice eso?”
Incluso puedes usar palabras mucho más fuertes, ¿y tu cara? Ni se diga, te haces un gesto de desaprobación. Todo eso es una evaluación descalificadora, es el juez que te critica y juzga en lugar de tener un dialogo interior que te diga “Eso no me gusta” o “Eso me gusta”.
¿Sabes cómo es? Es como una relación donde el actor hace su papel y el director evalúa, si sale bien te aplaude, pero si no te sale bien te juzga o te regaña.
Y así te mueves en la vida, juzgándote y criticándote. ¡Eso es muy cansado!
Bien lo dice Carl Jung: “Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú lo llamarás destino”.
Por eso, siempre que hacemos algo tenemos el juez que nos evalúa. Piensa en este año… ¿cómo sientes que te ha ido? ¿Has tenido encima a un juez que te ha impedido lograr cosas?
¿Sabes cuánto te ha detenido este juez?
¡No te pierdas el correo del martes que viene! Seguiremos con este tema tan interesante.
Te mando un abrazo con mucho cariño.
Yola Padilla
Creadora del Programa
Autoestima a Prueba de Balas
Comentarios
Muy interesante lectura Yola gracias por compartir tu tiempo con todos ...Saluditos y buen dia Tiziana