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Si el camino que tomaste no te lleva a tu meta, cambia la ruta o cambia de estrategia. Ponte metas realistas y sé persistente.

Las personas que logran sus objetivos son las que se atreven a ser diferentes y a utilizar su creatividad e imaginación. Muchas veces desconocemos los talentos que viven en nuestro interior y preferimos pensar que nosotras no podemos. Siempre con excusas, esperando que pase algo para empezar: cuando tenga trabajo, cuando me case, cuando haga mi maestría, cuando me separe, cuando baje de peso... y no nos damos cuenta que una vida sin propósito no tiene valor. Pregúntate todos los días ¿para qué estoy viva? Aunque no consigas resultados y se sumen los problemas, NO TE RINDAS. Aprende a volar y a aprovechar todas las oportunidades que pueden llevarte a donde sólo tú sabes quieres llegar.

Los grandes logros requieren grandes riesgos, pero definitivamente vale la pena tomarlos. Aprende a vivir. No necesitas estar al borde de la muerte para comprender el sentido de la vida y darte cuenta de lo breve que es.