Pueden comenzar inmediatamente después de haber dado a luz, e incluso días, semanas, meses y hasta un año después:
- Cambios repentinos en el estado de ánimo
- Dificultad para vincularse con el bebé
- Tristeza y/o llanto persistentes
- Sentirse extremadamente nerviosa y/o angustiada
- Irritabilidad
- Sentirse abrumada, indefensa e incapaz
- Sentimientos de culpa
- Cuidarse poco a sí misma
- Cambios en los patrones de sueño y alimentación
- Problemas de atención, concentración y memoria
- Aislamiento social
- Baja autoestima
- Pensamientos obsesivos negativos
- Ataques de pánico
- Miedo de estar sola y/o de cuidar al bebé
- Pensamientos atemorizantes
- Pensar en hacerse daño a sí misma o hacerle daño al bebé
- Pensamientos suicidas
*Los puntos en negrilla necesitan atención inmediata.
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