Hola amigos (as) les incluyo un excelente artículo de mi amigo y asociado Paco Morales (Paquirri), Madrid, que se los recomiendo ampliamente.
Reflexiones de aprendizaje
Por Paco Morales (Paquirri), Madrid, España.
Estoy convencido de que una persona puede y está, por lo general, dispuesta a aprender hasta aproximadamente los 25 a 30 años de edad. La flexibilidad emocional o psicológica se pierde con el tiempo sino se practica o ejercita. En casos de 35 a 40 años se da más sobre la base de la experiencia, ensayo-error. Después de esa edad la gente se cansa, pierde la creencia o convicción de “crecer”, solo quieren pasarla lo mejor posible con las herramientas de que disponen.
Es innegable e indiscutible que nuestros primeros años de vida (de 0 a 25/30), nuestro entorno familiar, social, cultural, intelectual, socioeconómico, académico, emocional, espiritual determina quiénes somos y seremos por siempre. Sólo a partir de allí podremos aplicar nuevas ideas o conocimientos (descubrimientos) para mejorar nuestro desempeño mental, emocional y espiritual – si así lo queremos y elegimos que era una opción y factibilidad
En ese contexto son las crisis las que nos hacen crecer, llámalo la necesidad de sobrevivir, no ahogarnos.
Existe una verdad universal de la vida, sobre la que estoy escribiendo. Ello que nos es común a todos. Parte de ella es el sufrimiento, que ha ocupado por miles de años a la humanidad y en que las culturas orientales han logrado muchos avances. El sufrimiento viene del deseo, el apego; el querer que las cosas, nosotros o los demás sean diferentes.
Esa “necesidad” es el suelo fértil para las aspirinas sociales; algunas de las cuales son como aquellos brebajes que vendían en el oeste que supuestamente curaban caries, dolor de estómago, artritis y la caída del cabello. Otras son buenas. Pero las mejores requieren análisis, autoestudio, reflexión, práctica, convicción. Si no fuiste enseñado o aprendiste de pequeño la cultura de la evolución, el cambio, será difícil que logres reinventarte. Los orientales, aunque en un sentido más profundo que no vale la pena desarrollar, hablar de morir al Yo; los católicos y evangélicos hablan de morir y renacer en Cristo.
Debo reconocer que algunos ilusos y románticos como yo, llegamos a creer aquello de que primero son el “amor y sus derivados”. Lo cierto es que lo primero es sobrevivir, el techo y los frijoles. Entre mejor estés económicamente más posibilidades tendrás de “crecer”. Con hambre no hay crecimiento, sólo angustia, incertidumbre. Si no comemos morimos y eso es lo primero que debemos evitar. La gente lo sabe mejor que yo y hacen de todo por sobrevivir y es un mundo competitivo por cada humano que existe hay un humano que quiere sobrevivir, allí en la selva humana todo vale, aunque estemos de acuerdo o no, todas las cartas son usadas.
Algunos quisimos cambiar el mundo, nos convertimos en una especie de “juzgadores” de lo correcto e incorrecto que veíamos a nuestro alrededor. Lo cierto es que lo académico y lo material (de la mano) prevalecen en el mundo real, aquel que es lo que es y como es. Si voy a insistir en cambiar el mundo y vivir de eso debo aceptar y conocer bien cómo funciona ese “mercado”, cómo llegar a mis consumidores. Mi idea Ideal de la vida puede ser mi piedra de fracaso en sobrevivir haciendo eso como medio de vida. Cruel y 100% verdad. La práctica hace al maestro sin importar la disciplina y la capacidad. No podemos hacer más que nuestro mejor esfuerzo, si lo hacemos tendremos paz ante el fracaso, aunque luego pensemos pude haber hecho esto o lo otro (esta idea puede ser difícil de comprender o asimilar pues se presta a la auto retórica).
La acción. Como estudioso te recomiendo estudiar la Filosofía de la Acción. Muchos de los que estamos en nuestro ramo en el fondo padecemos del temor a vivir, pasamos demasiado tiempo afilando el hacha y poco golpeando la leña.
Nathaniel Branden cita el gran valor y coraje de quienes emprenden cambios, les llama héroes al reconocer sus limitaciones. Yo nunca he "tirado la toalla". Cada milímetro que he avanzado han hecho de mi vida algo mejor. Cada semilla sembrada ha sido como higuera que ha empezado pequeña y poco a poco ha ido cubriendo todos mis campos internos. Sí he evolucionado, aunque el "Paquirri" de 5 años sigue allí, ese nunca se ha ido: ese soy yo.
¿Por qué no nací con suficiente carácter, iniciativa, olfato y capacidad emprendedora…? Y me duele ver que la necesito, que me falta. ¿Y ahora qué hago? ¡Luchar con lo que tengo! Es el campo de la vida donde las aspirinas buenas y malas tienen demanda, es el tormento de la lucha diaria, en la acción y en la construcción de mis satisfactores materiales y emocionales (en la marcha) donde lo emocional y espiritual adquiere sentido y razón de ser.
He aprendido que soy quien soy. Identificar quién soy es un paso duro y complicado (hacer un inventario de mí mismo) pero conduce a la libertad de aceptarme, no negarme a mi mismo aunque hubiera deseado otra cosa. Por otro lado, si pretendo comportamientos simplemente es que me “vendo” en la jungla humana.
Juguemos las reglas de la Vida si queremos sobrevivir. La honestidad, el desear al bien a otros es no hacer nada que dañe al prójimo o a mí mismo.
Claro, con un objetivo en mente, un propósito en ejecución, mientras hago lo necesario para obtener lo que deseo. ¿Qué deseo? ¿Qué requiere conseguirlo?
El camino se construye y poco hay que inventar a menos que estemos dispuestos a auto - complicarnos las cosas, esto aprendí de mí.
Espero les haya gustado,
Saludos,
Juan Fernando Campos (Juanfer)
Comentarios
y vaya que emprender el camino ya junto con tus hijos es bantante duro, tratar que no se salgan de ese camino que tu consideras correcto y sigan adelante aunque te puedas tropezar varias veces, pero la constancia y firmeza nos mantendrán firmes, muchisimas gracias por tu aritículo, siempre tienes algo bueno que compartirnos.