Voy a compartir con usted una receta que me obsequió una gran señora hace más de 30 años, pero que nunca estará fuera de moda:
Tome una gran cantidad de alegría y déjela hervir
a fuego lento sin parar.
Póngale un buen tazón colmado de bondad y en seguida
agréguele una medida completa de consideración
hacia los demás,
Mezcle con estos ingredientes una cucharada de
conmiseración,
Sazone con la esencia de la caridad, mezcle todo
perfectamente y en seguida con todo cuidado páselo
por un colador para eliminar cuaquier partícula de egoismo
Sírvalo con una buena salsa de amor
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