El mar reserva del destino,
el cielo nos invita nos da vida,
celestial tristeza que me invade,
y a pesar de la nube tan espesa
hoy quiero enaltecer mi gran fortuna.
Los frutos de mi trabajo ya se han ido,
y en mi dolor me siento orgullosa,
felicidad y dolor se han mezclado,
asta llegar a sentirme en el olvido.
Los años se apesantan día a día,
cual libro que va llenándose de letras
cual reliquia lo guardan con esmero,
y el polvo se apropiado de mi vida.
Quisiera renovar hoy otra historia,
y poder disfrutarla con mis nietos,
pero mis huesos no tienen esa fuerza,
y me levanto con paso vacilante,
con ternura les doy un fuerte abrazo.
para contarles un cuento de vaqueros,
pues no pueden creer que su abuela,
en sus tiempos pudiera dar piruetas.
En mis tiempos cuando solia tener cuarenta,
cuando todo en la vida me valia,
y preocupada me decía que haré cuando tenga los ochenta,
seré la abuela extrovertida y poderme reír a carcajadas,
de todos los errores cometidos.
vivir en ese juego del destino,
soñando de la tierra asta las nubes,
y ahora me despierto y me doy cuenta,
que los años a un no ha transcurrido,
Tengo tiempo de cambiar esta historia,
pues me encuentro en la mitad de mi vida,
lo unico que siento es que mis nietos a un no existían
que locuras se me ocurren, día con día
La locura y la nostalgia me a alcanzado,
pero a un no me doy por vencida,
luchare como guerrara en la batalla,
cual atleta correré alcanzar mis metas..,
para contarles un cuento de vaqueros,
Comentarios
Estimada Micaela:
Buenas noches, totalmente de acuerdo contigo, es un gusto leerte.
Recibe un cordial saludo.
Edith.
Este poema lo escribo con la finalidad de hacerles reflexionar que a un hay tiempo para disfrutar la vida, pero siempre pensando en el futuro para vivir una vejes con dignidad. Y sobre todo ser feliz.