Las quejas son el deporte mundial más popular que hay, siempre hay más de mil razones por las cuales uno se puede lamentar.
Hace mucho calor, tengo frio, mi comida no sabe bien, mi mamá no me hace caso, el coche no tiene aire, mi trabajo me gusta, a mi amigo le va mejor, no gano suficiente dinero, mi esposo no es romántico, estoy gorda, estoy flaca, mi nariz es muy larga, no escucho, me están gritando… Existen más de mil y un motivos por los que uno se puede quejar.
El quejarse es una acción que no conduce a nada, en realidad es un hábito inútil. Al quejarse uno no aporta, no cambia, no hace nada más que llenar el ambiente de negatividad y mal sentir. Las quejas se asemejan al agujero negro del universo el cual jala eternamente energía. Lamentarse por las culpas pasadas, por las oportunidades perdidas o por las complicaciones existentes, solo consume la atención de lo bueno.
Las personas se quejan cuando quieren obtener algo gratis, cuando creen que la vida les debe y merecen todo, cuando no están satisfechos, ni pueden valorar lo que tienen. La queja produce un sentimiento de vacío, de enojo contra la vida que perpetúa el sentimiento víctima.
Cuando uno enfrenta un reto, o alguna situación incómoda, la respuesta más fácil es quejarse. Así, obtiene un pase gratuito a devaluarse y no tomar responsabilidad ni gratitud por lo que está a su alrededor.
En general se puede decir que las personas se quejan por tres motivos generales; quejas por insatisfacción, es decir por sentir un vacío en el alma, por no estar satisfechas con lo que tienen por qué se comparan con todos y no ven la misión de su vida. Otros se quejan por costumbre, ósea la queja es un hábito que forma un diálogo social aceptado. En sí, las personas no tienen una mejor manera de entablar conversaciones. Repiten los modelos que aprendieron en su familia o en su comunidad. Por ultimo las personas se quejan por su egoísmo y su empoderamiento ridículo. Esta gente egoísta carece de empatía. Aseguran y exigen merecer más que todos y, si no lo obtienen, se quejan. Son seres que no son capaces de ponerse en el lugar de los demás. Para estas personas, el universo está en su contra.
Las quejas son palabras huecas que lejos de beneficiar, lastiman a las personas y su entorno.
La manera más fácil de parar las quejas es cambiar el foco de atención, si bien la comida esta fría, la compañía es fabulosa. Si el trabajo no paga bien, la oportunidad de poder superarse es excelente. Si hace frio, la posibilidad de lucir de un saco es oportuna. Si el evento no salió como se esperaba, el aprendizaje fue valioso. Si todavía se ha encentrado novio, se ha podido viajar.
La receta
Encontrando la satisfacción
Ingredientes:
2 piezas de gratitud – valorar todo lo que uno tiene
1 manojo de ojo noble – encontrar lo bueno de todo lo que sucede
1 lata de sentido del humor – simpleza y creatividad para enfocar la atención
2 rebanadas de perspectiva – ubicar la realidad en un contexto mayor
1 racimo de pensamientos positivos – concentrar la mente en soluciones efectivas y paz emocional
Recomendación del chef: Hay que tener mucho cuidado cuando uno se queja ya que estas solo promueven la inmovilidad, impidiendo encontrar soluciones efectivas y además envenenas las relaciones personales que te escuchan quejarte.
Como se puede sentir satisfacción por la vida:
1. La actitud con la que recibes lo que te llega es lo que te hace tener una mejor vida. Aceptar lo que sucede con gratitud y buen ojo mejora la calidad para vivir. No es lo que tienes, ni lo que te llega que te hace tener una buena vida.
2. Las carencias también son mensajes y aprendizajes que se tienen que agradecer. Si bien es más fácil y cómodo agradecer lo que se disfruta, es importante reconocer que las carencias también son necesidades que se tienen que superar y manejar para poder crecer y encontrar el sentido de la vida.
3. El tomar parte, ser responsable y trabajar lo que necesitas, te gustaría o te hace feliz, solo te ayuda a que valores más lo que tienes. Ser socio activo de tu vida, te regala el poder para sentir satisfacción y alegría.
Las quejas son como un eco sin fin, ni sentido, buscan ser escuchadas repitiendo mil veces todo lo que no fue así llenan el aire de ruido negativo e incómodo. *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2017 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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