PLANIFICAR CON CONVICCIÓN

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Un proyecto personal de vida, o aspirar a cumplir nuestros sueños, no es un emprendimiento menor, y por lo tanto requiere de un gran esfuerzo de nuestra parte y de una inversión de energía.

Planificar es igual a plantearse metas a corto y mediano plazo. Y cuando nosotros sumamos esos objetivos nos vamos aproximando a la meta deseada.

Nuestra planificación va a tener un sello propio que va a caracterizarnos cada vez que nosotros tengamos que tomar un rumbo de aquí en adelante en nuestra vida.

Entonces, en el comienzo de esta nueva etapa que yo te estoy proponiendo, tienes que volver a formularte preguntas esenciales: ¿qué es lo que uno quiere para su vida? ¿Qué es lo que tú quieres para tu vida? Y esto es algo que nadie puede resolver por ti, del mismo modo que nadie puede resolver por ti, qué es lo que tú no quieres que te suceda en tu vida. Y también debes preguntarte, y esto es muy importante, hasta dónde eres capaz de comprometerte en un esfuerzo por lograr aquello que has definido como tus metas y objetivos en la vida y que necesariamente requieren de una decisión importante para concretarse.

Es bueno que tomes un lápiz y un papel, para anotar lo que piensas hacer, porque escribir tus sueños y visualizar cómo hacer para llegar a ellos, es de gran ayuda para que no olvides las conclusiones a las que has llegado y para que al mismo tiempo, puedas tener un control de la marcha de tu planificación. Esa planificación por mínima que sea, te va a hacer sentir que estás pisando terreno firme.

Si tú tienes claro cuál quieres que sea tu destino, tu convicción superará cualquier obstáculo que se presente; ellos aparecerán inevitablemente en el curso de tu vida, pero lo único que pueden lograr es que llegues a tu meta un poco más tarde, pero nunca te harán abandonar tu proyecto vital.

Lo importante es cuánto tú te quieres, y hasta qué punto eres capaz de comprometerte con tu propio futuro.

Eso es convicción, eso es disposición a respetar tu persona, y establecer límites para que los demás también te respeten.

A la hora de los balances será bueno que analices el grado de permeabilidad que has tenido frente a la opinión de aquellas personas que tienen ascendencia sobre ti.

El poder de la convicción es infinito. Y los grandes descubrimientos y logros obtenidos por hombres y mujeres a lo largo de la Historia de la Humanidad, muestran que han sido personas obstinadas, perseverantes, y que no se han doblegado ante la opinión de quienes por distintos motivos no creían en ellos, ni en su esfuerzo.

El poder de la convicción mueve montañas, ya sea en el ámbito afectivo, en el económico, o en el de las interrelaciones personales. Recuerda: el poder de la convicción no tiene límites.

No es posible vivir una vida sin ninguna dificultad o algún problema que surge espontáneamente como precio a pagar por esta aventura que significa vivir. Sin embargo, ¿por qué olvidamos tan rápidamente aquellos logros y conquistas que hemos conseguido como consecuencia de nuestro genuino esfuerzo? Solemos ser injustos con nosotros mismos en ese sentido, cuando nos volcamos a sobredimensionar los caminos de fuego que nos tocan atravesar en la vida, y relegamos las sonrisas que hemos esbozado como gratificación por los éxitos conseguidos en buena ley en el pasado y también en el presente.

Todo pasa  por la ACTITUD que asumimos todos frente a los hechos de nuestra vida.

La sana esperanza de un mañana que sea diferente a lo que hoy vivimos se basa en la generación de ideas y proyectos que contengan metas y objetivos que sean creíbles y sustentables por cada uno de nosotros y que generen la íntima convicción de que estamos en el camino correcto. ¿Nos podemos equivocar? Claro que sí, nadie puede saber de antemano si las decisiones que toma son las correctas o no. Sólo el tiempo transcurrido y una mirada retrospectiva sobre las consecuencias de esas decisiones en nosotros y en quienes involucran las mismas pueden darnos la respuesta que buscamos.

No eres perfecto. Nadie lo es. Por lo tanto, no puedes ni debes esperar a que todo esté en su perfecto orden y lugar para iniciar el diseño de la estrategia y el plan de acción que utilizarás para llevar a cabo tu proyecto de vida.

La gratificación y la satisfacción te esperan al final del camino. No busques atajos fáciles o supuestamente fáciles. Sólo te confunden y te hacen perder de vista que para llegar al kilómetro treinta si corres una maratón deberás partir del kilómetro uno y luego llegar al dos, y así sucesivamente hasta llegar a la meta. No te deslumbres con quienes te prometen el éxito en dos semanas o la felicidad en treinta días. La vida se encarga por sí misma de desmentir estos mensajes, pero también es cierto que con esfuerzo, con perseverancia y con un conocimiento cabal de la persona que eres, puedes lograr todo aquello que te propongas.

 

Dr. Walter Dresel

wdresel@adinte.com.uy

www.exitopersonal.org

www.walterdresel.blogspot.com

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