Ponemos tantas reglas, conceptos y etiquetas en nuestros hijos que cuando un niño no va de acuerdo con esto, es un niño malo o enfermo…
Buscando las causas del por qué la mayoría de las personas le tiene miedo al compromiso encontré que esta programación (miedo) viene desde que somos niños, cuando los papás deciden por nosotros simplemente porque ellos son los adultos y la autoridad.
No me había dado cuenta conscientemente que en mis escritos, programas, conferencias y talleres siempre hablo del compromiso de poner la información en practica, del compromiso de ser responsable, del compromiso de crear la vida que deseo, del compromiso de ser feliz… es decir, hablo siempre del compromiso con nosotros mismos y con los demás, y esto hace que muchas personas rechacen automáticamente la información porque no saben comprometerse.
Como ya casi todos los sabemos, mas del 90% de nuestra programación mental se nos da en los primeros siete años de nuestra vida, y esa programación (creencias, experiencias, ideas, conceptos, hábitos…) es la que esta creando nuestra vida en este momento.
Si evaluamos un poco el comportamiento de los papás con los hijos nos podemos dar cuenta fácilmente que en esos primeros siete años de nuestra existencia no tenemos ni voz ni voto, todo lo deciden los adultos a nuestro alrededor, principalmente nuestros papás, y cuando preguntamos por qué, la respuesta natural y común es porque ellos son los papás o los adultos.
Este comportamiento y respuestas crean en los niños los sentimientos y programas de yo no soy importante, yo no valgo nada, para que me esfuerzo si todo lo deciden los demás, y algunos otros sentimientos que van creando un niño y adulto irresponsable, incapaz de tomar decisiones ni comprometerse con nada. Especialmente en los casos de papás controladores, mal educados (programados), violentos e irresponsables.
Los padres de familia somos los principales y más importantes líderes de nuestros hijos. Los niños forman sus bases y su programación principal durante los primeros siete años de su vida y si nuestro liderazgo esta basado en miedos, dudas, gritos, violencia, irresponsabilidad y desconfianza esto ejerce un control y programación muy poderosa en los niños que genera dependencia e irresponsabilidad, aparte de algunos otros problemas y enfermedades.
Nuestra responsabilidad como padres es educar a nuestros hijos, o mejor dicho, sacar lo mejor de cada uno de ellos. Y uno de los mejores talentos es enseñarlos a ser independientes y responsables desde muy corta edad, especialmente antes de los siete años de edad. Que aprendan a expresar sus emociones y sus deseos desde que empiezan a hablar. Si ponemos atención, el bebé desde recién nacido sabe como expresar sus emociones sin embargo conforme va creciendo y no le ponemos atención y no le damos el tiempo que él requiere, ellos van perdiendo esa habilidad, hasta llegar el momento en que prefieren no expresarse por miedo a no ser atendidos o castigados. Y así es como los padres nos convertimos en ladrones de talentos.
Programamos a nuestros hijos para que sean los niños bien portados que todo abuelo, tío, amigo y escuela quieren y nos olvidamos por completo de lo que ese niño realmente es y quiere. Ponemos tantas reglas, conceptos y etiquetas en ellos que cuando un niño no va de acuerdo con esto, es un niño malo o enfermo y rechazado no solo por la sociedad sino muchas veces hasta por los mismos padres aunque no lo digan abiertamente, su actitud lo dice todo. Y luego queremos adolescentes y adultos responsables, comprometidos y exitosos.
Mientras no aprendamos a valorar, a respetar y a promover la independencia de nuestros niños, jamás tendremos adultos responsables y comprometidos. Los niños tienen mucha mas razón que un adulto, porque ellos hablan con el corazón y su ser, y no por programas racionales como lo hace el adulto. Dejemos de tratar a los niños como adultos irresponsables, dejémoslos disfrutar de su niñez sin prisa, para que esa niñez nunca se acabe y puedan entonces crear la vida que desean y merecen como adultos.
Esto te lo digo por experiencia propia, gracias a que mis padres respetaron mi independencia (rebeldía) desde niña yo soy una mujer comprometida que logro todo lo que quiero y que mi único enfoque en la vida es ser feliz y compartir esa felicidad con los que me rodean. Las palabras responsabilidad y compromiso son naturales en mi porque las aprendí y practiqué desde niña. El dar mi 100% en todo lo que hago es parte de mi responsabilidad y de mi compromiso conmigo misma, con nadie más.
Te invito a que si eres padre de familia aprendas a respetar la independencia de tus hijos y los ayudes a descubrir y desarrollar sus propios talentos y habilidades. Ellos, aunque sean pequeños, saben mejor que tu lo que quieren. Abre tu mente y corazón y aprende de ellos, en lugar de tratarlos como adultos y robarles su niñez. Porque no solo le robas los mejores años de su vida, les robas la vida entera. Y si a ti te la robaron, aun estas a tiempo de retomarla aprendiendo nuevamente a ser niño al lado de tus hijos, deja que ellos te enseñen.
Abrazos y bendiciones,
Patricia Anaya
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