"Noche de PAZ en la 1a. Guerra Mundial"
Esta historia la he escuchado desde que era una niña pequeña, además con un gran significado, ya que dos hermanos de mi abuelo paterno murieron en el frente alemán durante esta terrible guerra, la "Gran Guerra".
Siempre me ha gustado recordarla en esta hermosa época, y hoy la comparto con ustedes.
Corría el año 1914 cuando en pleno mes de diciembre estalló la primera Guerra Mundial a la que llamaron la Gran Guerra. Nunca imaginaron durante esos primeros días, que esta se prolongaría por más de 4 años y que cobraría cerca de ocho millones y medio de hombres de ambos bandos, tuvo un costo humano horrible y transformó a Europa de manera que se fue gestando la que sería, pocos años despues, la Segunda Guerra Mundial.
En la Noche Buena - víspera de la Navidad - en Diciembre de 1914, uno de los acontecimientos más extraños registrados en la historia militar tuvo lugar en el Frente Occidental.
Siendo pleno invierno, esa noche estaba congelada y los soldados de ambos lados padecían un terrible frío; sin embargo, los soldados alemanes no perdieron su espíritu navideño y esa noche adornaron sus trincheras con ramas de pino a las que colgaron algunas velas y entonaron algunas canciones tradicionales de navidad.
A decenas de metros se encontraba la trinchera enemiga, la inglesa, quienes se percataron que los soldados alemanes festejaban la Noche Buena permitiendo hacer visible las posiciones alemanas, sin embargo, los ingleses se resistieron a disparar. Lo que era aún más sorprendente, los oficiales ingleses vieron a través de sus prismáticos que algunos hombres del enemigo sostenían árboles de Navidad sobre sus cabezas con velas en sus ramas, convirtiéndolos en vulnerables se ser atacados.
Algo era evidente: Los alemanes quienes celebraban la Navidad en la Noche del 24 de Diciembre estaban enviándole un mensaje Navideño a sus enemigos en el otro lado de el frente. Hay quienes aseguran que por orden del Kaiser, los soldados alemanes habían recibido miles de árboles, salchichas, raciones extras de pan e incluso licores.
En el momento en que las tropas británicas reconocieron la melodia "Noche de Paz", se neutralizaron las hostilidades en ambos lados. Uno por uno, los soldados ingleses y alemanes comenzaron a dejar sus armas a un lado y salir con rumbo a la "tierra de nadie" un terreno agujereado por las bombas entre las dos partes del frente.
Aquellas imágenes crearon un clima irreal, los soldados aliados se fueron acercando a los alemanes acompañándolos en sus cánticos y pidiendo y cantando otras piezas.
Tantos soldados de ambos lados saliendo de sus trincheras que los oficiales superiores estaban impedidos de evitar ésta reacción espontánea.
En un principio, los aliados no creían que fuera posible ese encuentro, pero muy pronto se dieron cuenta de que aquel acercamiento de los alemanes no tenía ningún doble sentido, eran sinceros y ese "espíritu de la Navidad" se había apoderado de ellos.
Frank Richards fue un testigo de éste trance no oficial. En su diario de la guerra escribió: "Levantamos un pizarrón con 'Feliz Navidad' escrito. El enemigo también levantó uno igual. Dos de nuestros hombres arrojaron su equipo a el suelo y saltaron para afuera de su parapeto con las manos sobre sus cabezas al mismo tiempo que dos de los alemanas hacían lo mismo; los dos nuestros caminaron para encontrarse con ellos." "Se dieron las manos y entonces todos nosotros salimos de las trincheras y así mísmo también hicieron los alemanes." Richards escribió en su relato.
Esa noche, soldados que hasta ese momento eran enemigos se sentaron juntos alrededor del calor del fuego. Intercambiaron pequeños regalos de sus pobres pertenencias -barras de chocolate, botones, insignias y pequeñas latas de carne de res. Hombres que hasta solamente una horas antes se disparaban a matar estában ahora compartiendo las festividades de Navidad y mostrandose los unos a los otros fotografías de sus familias.
Según cuenta un soldado inglés fallecido hace unos años, por la mañana los alemanes salieron de sus trincheras y caminar hacia las líneas inglesas.
Los ingleses hicieron lo mismo y salieron a campo abierto para poder abrazar a sus enemigos, intercambiando cigarrillos y compartiendo muchas cosas, aunque sabían que eso duraría muy poco tiempo. "Sabíamos perfectamente que aquella situación era irreal, ya que les estábamos felicitando las fiestas ¡a las mismas personas a las que íbamos a intentar matar al día siguiente!".
Entonces se les ocurrió jugar un partido de fútbol:"Fabricaron algo parecido a una pelota y comenzamos a jugar, aunque la verdad es que no se puede hablar de partido porque de cada lado había por lo menos cincuenta soldados y nadie se encargó de contar los goles...".
El trance terminó así como comenzó, por mutuo acuerdo. El capitán C.I. Sockwell de los Royal Welsh Fusiliers recordó como --después de una verdadera "Noche de Paz"-- disparó tres veces al aire el 26 de Diciembre a las 8:30 AM y se dirigió hacia las trincheras.
Un oficial alemán que intercambió regalos con Stockwell la noche anterior también apareció en una trinchera. Ellos se inclinaron en reverencia, se saludaron y descendieron de regreso a sus trincheras. Unos minutos más tarde, el Capitán Stockwell escuchó a el oficial alemán disparar dos veces al aire. Estában en guerra nuevamente...
Mito o realidad o una mezcla de ambas situaciones, la verdad es que la Guerra no pudo apagar el espíritu navideño que durante el invierno de 1914, invadió a Europa...
Publicado por anna.s en 00:47
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Comentarios
Es increíble que después de tantísimos años, en algunos lugares del mundo siga habiendo tantas ganas de hacerse daño entre familias, sociedades, países: es decir en todas partes del mundo cunde el odio, inestabilidad, falta de amor, y nada de ganas de ser sencillos, siempre sale a relucir el ser humano lleno de odio, rencor, violencia entre hermanos o seres humanos, como queramos llamarlos, p ...ero en realidad nos damos cuenta de lo débiles que somos. En todos nosotros siempre existe una luz que nos hace pensar cuando hacemos mal y tratamos de hacer un alto, pero no falta quién nos siga insistiendo que nos comportemos como bestias. Ojalá que éste proceder cambie lo más pronto posible por el bien de la humanidad