El otro día vi por internet una película que me impactó, se llama Los Hombres que no amaban a las mujeres, y para exorcizar la sensación tan horrorosa que me produjo, decidí iniciar la semana haciendo una reflexión sobre LA RABIA y sobre lo que somos capaces de decir y hacer cuando estamos furiosos.
Si pudieras apretar un botón en secreto y eliminar a alguien sin que esto tuviera consecuencias para ti ¿Lo harías?
El 69% de los hombres y el 56% de las mujeres dijeron ¡SI!. Las mujeres dicen que desaparecerían del mapa a ex maridos, ex novios o jefes, los hombres eliminarían a figuras públicas o personajes políticos que no toleran.
Todos en algún momento de enojo o frustración hemos sentido ganas de lastimar a alguien, lo normal es controlarlo y calmarnos pero ¿de dónde nos sale el instinto destructivo? ¿Cómo podemos afrontar la agresividad de los demás y también la nuestra para no expresarla descontroladamente y lastimar?
Agredir quiere decir “intensión de dañar”, se considera un comportamiento que intenta hacer daño a alguien mediante comentarios hirientes, insultos, golpes o lesiones. Muchas veces agredimos porque es una forma rápida y con frecuencia fácil de conseguir lo que queremos sin tener que molestarnos en controlar nuestros impulsos, reflexionar o convencer. La agresividad es un comportamiento que la sociedad promueve, sin embargo está comprobado que la gente agresiva paga un precio muy alto por serlo y acaba quedándose sola y enferma.
¿Por qué somos agresivos?
La sociedad en la que vivimos promueve la violencia a través de imágenes violentas en la TV y en videojuegos. Hay estudios que demuestran que los niños que viven expuestos a estímulos agresivos de los medios, tienden a comportarse de manera más agresiva y se convierten en niños que perciben la violencia como un comportamiento aceptable y normal.
Pero más que cualquier programa de televisión está comprobado que los papás agresivos tienden a tener hijos agresivos porque les enseñan con su ejemplo que agredir es la manera apropiada de resolver los conflictos. Las actitudes machistas también fomentan la violencia y si vemos a una persona como un simple objeto o inferior, es más probable tratar de agredirla, por eso las mujeres y los niños viven más expuestos al maltrato, al acoso y abuso sexual.
Si cuando te enojas te pones rabiosa yo te recomiendo que:
- No te dejes llevar por la emoción. Soltar todo lo que traes dentro cuando estás enojada(o) es un error. Las catarsis donde acabas hiriendo a la gente que quieres son un gran error que aumenta la rabia y te alejan de resolver cualquier situación.
- Ojo con los reproches. Cuando nos enojamos tendemos a exagerar o dramatizar. La rabia nos vuelve irracionales, cuando estés furiosa (o) no tomes decisiones trascendentales y evita utilizar palabras como SIEMPRE o NUNCA, porque estas palabras solo te sirven para creer que tu rabia está justificada y que el problema no tiene solución.
- Recuerda que algunos problemas no tienen una solución inmediata. Por más buena (o) que seas resolviendo conflictos, hay algunas situaciones que no dependen de ti, por eso a veces es mejor manejar bien un problema que buscarle una solución
- Tu prioridad debe ser controlar tu rabia. Después en otro estado de ánimo más reflexivo y calmado puedes tratar de resolver el problema o tratar de llegar a un acuerdo.
- Cuida tu boca y las palabras que salen de ella. Cuando estés rabiosa (o) piensa en tus respuestas antes de hablar porque cuando nos enfadamos hablamos sin pensar y llegamos a conclusiones erróneas.
- La ira no nos permite comprender que hay detrás de las palabras de la otra persona cuando estamos discutiendo. Para descubrir lo que la otra persona te está pidiendo ¡cálmate!
- Todos necesitamos aprobación y respeto y cuando no los tenemos nos sentimos decepcionados o nos enfurecemos. Cuando la gente se enfada cree que puede exigir pero en realidad lo que tiene que hacer es aprender a pedir.
- Si tú eres quien vive un ataque no respondas a la rabia con más rabia ni te defiendas atacando.
- No toleres el abuso de nadie
Comentarios